Froilán de Lózar

La madeja

Froilán de Lózar


Esa cosa pasajera de la fama

17/02/2023

A mí me fascina la aparente facilidad de los youtubers para generar tantos seguidores en un minuto. Es una fórmula que debe dar seguridad. Al menos eso es lo que pensamos quienes no somos youtubers. Alguna vez nos sorprenden su triunfo con historias tan inanes, como su vestuario, su tocador o sus consejos, detalles que parecen apoyar la solvencia de aquel viejo refrán «coge fama y échate a dormir», donde no se da crédito ni a la evidencia que merecía descrédito. Pero allá ellos y sus seguidores con esa premisa que no tiene fin y a la que se apuntan sin vergüenza montones de jóvenes que se procuran la misma suerte en esa ruleta de las redes sociales.
Desde luego que no lo quiero para mí. Eso es vivir arrodillado, cuando con piropos, cuando con palos. Y al final no sirve para mucho porque la vida son dos días y no encuentras el momento propicio para disfrutar de esas ingentes cantidades de dinero que dicen que se embolsan.
El colmo de esto es el suicidio hacia el que caminan y que, desgraciadamente, en ocasiones se provocan para obtener unos miles más de me gusta en su cuenta. En cambio, me gustaría que sirviera con esas mismas premisas, excluyendo por supuesto la última, para dar a conocer nuestro románico, las rutas, la gastronomía, los pequeños pueblos; en definitiva, los orígenes, que es el título que figura en nuestra página de Facebook.
Que uno trabaja sin pedir nada a cambio por la tierra que quiere; que no solicita prebendas ni agasajos, porque se debe en buena medida a todo lo que la tierra le entregó, que muchas veces no se aprecia, pero que imprimió en él la huella, que le forjó el carácter; aquella leyenda que le provocó la admiración; el paisaje, que se quedó grabado en su interior como una insignia que no se percibe, pero que compara y prevalece ante la belleza de otras tierras. Y como no puede ser, porque, o lo tomas o lo dejas, pues me conformo con lectores agradecidos y entusiastas como ustedes, que hacen que se mantenga mi compromiso. 
Herbert Marshall, erudito canadiense sentenció: «No hay pasajeros en la nave espacial Tierra: todos somos tripulantes».
Y eso es lo que prevalece y se recuerda por encima de todo lo demás.