Jesús Mateo Pinilla

Para bien y para mal

Jesús Mateo Pinilla


Oportunidad para la ciudad

27/04/2021

La pandemia ha cambiado la relación del individuo con el medio ambiente y por tanto la forma de vivir en sociedad. Al hombre de los campos, los miedos y la producción le hacen gregario, le convierten en hombre de ciudad, transforman nuestro espacio vital, le hacen vivir en bloques, alejándole posteriormente del desarrollismo necesario de los años cincuenta. Ahora los urbanitas y un sentido de la personal idiosincrasia promueven barrios de viviendas unifamiliares aisladas, que devienen en aquello que llamaron privilegiados chalets. «Allí se es más yo».
Así ha nacido la urbanización de la zona de la Lanera. Lo que fueron campos de secado y lavado de mantas, el Prado de la Julia, se han convertido en un muestrario de viviendas tipo chalet, la personalidad de cada una de las casas es la del dueño y el arquitecto que las pare. Ha perdido la terrible homogeneidad y ha ganado el ‘yo’. Y desgraciadamente nos hemos alejado del medio ambiente y de la propia ciudad con este tipo de urbanización. Eso que debía haber sido un modelo urbanísticamente sostenible, mantiene sistemas de calefacción individualizados sin captación de energías alternativas colectivas, gasto de agua y electricidad sin aprovechamiento reversible, incluso con una urbanización sin compatibilizar las redes de forma colectiva, ha primado el ‘yo’. Y lo que es peor, la pandemia ha fomentado el modelo y la apetencia por vivir en el campo sin estar en él. No se escuchará el canto del gallo, sino el ronquido vecinal. 
Tenemos la ocasión de cambiarlo en los alrededores del hospital, en la construcción de lo que propuso Procarrión para alcanzar el límite del Canal. Esa zona necesita para urbanizarse sostenibilidad propia, donde además de tenerse en cuenta la fachada para la contemplación de los vecinos, obligatoriamente se gire el edificio en función de la mejor orientación. Es bueno que se urbanice, pero despreciando las modas para suprimir la llamada huella ecológica que deja el hombre en su entorno.
En esa y otras zonas se encuentran obligadas unas ordenanzas municipales complementarias a la urbanización con un fin colectivamente sostenible.