Froilán de Lózar

La madeja

Froilán de Lózar


Memoria

07/05/2021

No solo por la licencia que me tomo de citarlo de alguien que, antes que nosotros, lo dejó escrito en el roblón de Estalaya, sino también porque es una de esas frases que quedan para siempre en la memoria, que te empujan a ver de nuevo aquello que te entusiasmó tanto la primera vez que lo viste; aquel ribero pintado que se mostró de una manera diferente cada vez que te acercaste al valle, por donde corre el arroyo lombatero; aquella iglesia de Aguilar de Campoo que guardaba un capitel de la matanza que no supiste valorar; aquel habitante que se atrevió a vivir su vida solo, frente a la Peña de Tremaya, donde se hace necesario ver antes y después el cuadro de San Martín y el pobre, que estaba languideciendo en el retablo mayor de la iglesia del santo obispo de Tours, de Los Llazos, empoderando también -aprovecho el momento- los logros de un excelente equipo de restauradores.
Procuras fijarte un poco más en los mensajes que te dejan los demás, volver periódicamente a los lugares que te llenaban el corazón y los sentidos. Procuras, en fin, abrir los ojos para entender el mensaje de la naturaleza que no vimos, cansados de pasar por aquellos lugares que a otros tanto les sorprenden cuando vienen por primera vez.
Procuras detenerte un momento para mirar. Porque pasamos sin mirar, pensando que ya lo tenemos visto todo, y aproveché para darme un paseo con mi amigo Estalayo por 18 miradores de nuestra montaña; así volví a darme de bruces con el de Alba de los Cardaños, desde donde aciertas a ver todas las grandezas y miserias de un mundo rural agonizante, algo a lo que ya hiciste alusión en muchas ocasiones, como prohibiéndote sacar los trapos sucios, dejando a la estrella que nos guíe hacia un lugar que nos sorprenda, que nos empuje, que nos despabile de esta tremenda batalla que libramos contra el tiempo.
Conviene hacer memoria de tantos hombres y mujeres que nos precedieron, porque ellos nos legaron la tierra que hoy se muestra con sus galas de siempre, donde no dejamos de posar hipnotizados ante esa belleza impresionante que se te va grabando de todas y cada una de las partes de aquel cuadro.