Antonio Álamo

Antonio Álamo


Negro de humo

22/04/2021

Uno de los mejores lugares para contemplar la silueta del Curavacas es la larga recta que comienza en Villoldo y acaba poco antes de Carrión de Condes. Los días claros, especialmente, su mole se distingue porque aparece justo encima de la carretera y si no hay tráfico se convierte además en el único elemento capaz de fundirse con la ruta, con lo cual evita distracciones en la conducción y permite que se memorice visualmente. Unas veces con toda su silueta azulada y otras con el borde superior teñido de blanco debido a la nieve que acumula bien entrado el año. 
Los grises en este tramo son escasos porque en líneas generales predominan los ocres amarillos y sienas tostadas, mientras que los verdes solo comienzan a abundar según se sube hacia Saldaña y su vega. Si acaso, pueden apreciarse en lontananza, siempre y cuando el punto de mira quede fijado en la montaña palentina aunque, eso sí, suelen estar mezclados con azules desvaídos que marcan distancia.
Cuando se desee apreciar la tonalidad de los diferentes grises, convendría recordar que hay un par de ellos que destacan sobre todos los demás gracias a ciertas peculiaridades dignas de apreciar. Son el Gris de Davy y el Gris de Payne. El primero es clarito, cálido y un tanto opaco, mientras que el segundo es oscuro, frío y transparente. Hay un tercero cuya existencia fue muy popular en España aunque no se usa en la pintura. Carece de nombre pero podría llamarse Gris de Fuentes Quintana, en honor al carrionés que lo usó una noche de 1977 para esbozar un paisaje real aunque desolador que, salvando todas las distancias posibles, empieza a ofrecer semejanzas con el que ahora tienen delante los españoles. El cambio de modelo económico y la crisis del petróleo fueron algunos de los elementos de entonces como ahora lo son el coronavirus y los fondos europeos para la recuperación.
Hay también otros tonos próximos a estos grises, denominados Tinta Neutral y Negro de Humo, cuya utilidad en la acuarela se conoce. El lector, si se anima, puede elegir entre uno u otro para pergeñar un paisaje que se ajuste al presente. Quien no lo va a hacer es una gran parte de la clase política, entretenida como está con la cajita de acuarelas que tiene en las manos.