José María Ruiz Ortega

Estampas rurales

José María Ruiz Ortega


La PAC en abril

17/04/2021

Superado ya medio mes de abril, ocupados entre siembras tardías y el inicio de la campaña de riegos en los sistemas Carrión y Pisuerga, el campo cambia de aspecto y cualquier planta florece esperando siempre las lluvias primaverales que condicionan una buena o mala cosecha en los tradicionales secanos. Es tiempo de gestionar las ayudas de la PAC, antes de que finalice el plazo que este año se ha prorrogado hasta 15 de mayo como último día para presentar solicitudes. Cada año se recortan pagos compensatorios y a los agricultores y ganaderos no les salen las cuentas aunque cambian y se reformen aplicaciones. En esta ocasión el Ministro Planas ha decidido por su cuenta una convergencia de las ayudas de la PAC para el bienio 2021-2022.
 El objetivo es que dos agricultores que realizan una actividad igual en la misma región reciban la misma cuantía de pago básico. Pero lo que, sobre el papel, puede sonar muy justo para algunas autonomías, en la práctica no lo es, porque la convergencia de la PAC se puede convertir en un arma de doble filo para muchas comunidades. Es decir, que lo que se compensa en secano o regadío se pierde en ganadería y en especial puede ocurrir si se agrega superficie de otros cultivos. Pero estamos en un momento en el que la PAC está prorrogada estos dos años y no preocupa tanto a nuestros gobernantes enzarzados en el Plan de Recuperación y no sabemos el grado de credibilidad que tiene España ante la UE. 
Toda esta actividad en el campo mientras esperan la vacuna, sobre todo los ganaderos, por su profesión estratégica y el trabajo cotidiano. Cuando asistimos a múltiples fallos en la gestión de la pandemia: compra de material sanitario, vacunas, noticias contradictorias. Echamos de menos a políticos creativos y responsables que olviden ese infantilismo lleno de bondades que nos lleva a un deterioro económico y social. Vivimos en un altruismo hiperatrofiado, dirigidos para buscar votos y no para mejorar como nación. Han resucitado la vieja teoría política de la filósofa Ayn Rand y estamos rodeados de mediocres, de burócratas que sirven a un supuesto bien común o parásitos empresariales.