Víctor Corcoba

Algo más que palabras

Víctor Corcoba


Rueda de falsedades

02/02/2021

El pueblo, en su conjunto, anda hambriento de veracidad; incluida la verdad fundamental de nuestra igualdad de derechos y dignidad como seres humanos. Me niego, personalmente, a que la farsa comercial pueda deslizarse solapadamente en todas partes. Bajo estos aires de incertidumbre, duda y sospecha, lo único que sale ganando es lo salvaje. Lo armónico no entiende ni conoce las armas del disfraz. Las culturas tienen que volver a ser vehículo de conciencia justa. Abramos bien los ojos ante las tensiones, las injusticias y las luchas que forman parte de nuestro hábitat, mirémonos de frente, reconduzcamos andares con otros lenguajes más sinceros que permitan movilizar las energías humanas, contando con el pleno respeto hacia toda vida. De humanos es corregir errores y quitar piedras del camino; nunca olvidemos de hacerlo en primera persona. El ejemplo comienza por uno mismo. Rechazar ese espíritu reconciliador, significa continuar engañándonos y entrar en la horca del embuste. Tal vez, también precisemos invertir mucho más en la educación de los derechos humanos, cuando menos para neutralizar la discriminación y las teorías de las conspiraciones tóxicas e infundadas. 
En cualquier caso, el persistente y continuo engaño social, con sus consabidos cómplices de batalla, disimulando la franqueza y disfrazando los designios, nos están preparando un terreno propicio verdaderamente catastrófico. Es cierto que el ser humano, por sí mismo, es un ser que se crece en acción y que vive comunicando, por lo que está continuamente en vilo, entre la verdad y la mentira. Pero, también es fundamental reconocer que nada está perdido sobre ningún camino, que nunca es tarde para oírse y verse internamente, que es como en esencia aprendemos a fundamentar la concordia en la transparencia de una existencia cotidiana inspirada en el quehacer del donarse sin más. Precisamente, bajo la sombra de la pandemia de Covid-19, donde se han visto las fisuras e inmoralidades que existen desde hace tiempo en nuestras sociedades, lo que ha de llevarnos a trabajar más intensamente en recuperar vínculos, puesto que hemos de sanar las sociedades corrompidas por el odio y la sed de venganza.