Carmen Arroyo

La Quinta

Carmen Arroyo


Nuestra patrona

02/02/2023

Santiago Francia escribió un interesante y bien documentado libro sobre las cofradías palentinas. Hoy, gracias a nuestro inolvidable Gonzalo Ortega, ya habrían salido al aire de la palabra, en Diario Palentino, un montón de versos dedicados a La Morenilla, patrona que se cuela en el corazón y llena la iglesia para venerarla y ofrecerle a los palentinos nacidos en el año anterior y los bendiga. Una tradición emotiva y que sigue vigente en tiempos del cólera (perdón, señor García Márquez). Me contaron, cuando llegué a Palencia, cómo aquel trozo de madera que un panadero tiró con rabia a la calle porque se resistía a ser quemado, se convirtió en una linda imagen con su pequeño hijo al tiempo que se oía una voz: «A la calle me tiras, de La Calle me llamaré». Cada imagen tiene su historia que puede ser creída o no. También la tiene la patrona de mi tierra, la Virgen de Guadalupe. Pero, vuelvo a lo que tomé por verdad, gracias al buen amigo.
La cofradía de La Virgen de la Calle podría tener su origen en el siglo XIII, época en la que comenzaron a aparecer las imágenes que fueron escondidas o enterradas durante la invasión sarracena. En el año 1494, en las actas municipales y en las del cabildo se mencionan: ermita, casa y cofradía. A veces, no con frecuencia, en el llamado palacio de la cofradía celebraba el concejo sus reuniones. Hay una fecha (jueves 24 de julio de 1494) en la que los señores capitulares entregan todo el  poder al deán, pidiéndole vaya a la ermita o a la casa de Nuestra Señora de la Calle a visitarla y saber cómo es regida, pues saben que las limosnas que la buenas gentes dan como devoción no son puestas a recaudo y son hurtadas y que asimismo en dicho lugar se hacen algunas deshonestidades. 
Así fue cómo la iglesia pasó a tener un nuevo status, con privilegios especiales sobre las otras iglesias no parroquiales que dependían del Cabildo: las del Otero, San Sebastián, Santa Marina la Vieja, San Julián y San Pedro. El deán Zapata, puso gran empeño en realzarla y lograr que muchos palentinos siguiesen esa devoción. ¡Qué disgusto se llevarían los amigos de lo ajeno! Ahora la imagen de Nuestra Señora de la Calle, se venera en templo digno, bien cuidado y orgullo de la archicofradía. Gracias amigo Santiago.