Fernando Jáuregui

TRIBUNA LIBRE

Fernando Jáuregui

Escritor y periodista. Analista político


La feria de Valverde

27/05/2023

Todas las elecciones van de ganar o perder, porque los partidos son maquinarias preparadas para alcanzar el poder y a través de él desarrollar su concepción de la vida pública. Por eso cuando se cierre el recuento de los votos de las elecciones autonómicas y municipales la primera pregunta a responder es quién ha ganado y quién ha perdido las elecciones. Habrá una primera lectura cuantitativa e incontestable, qué partido ha obtenido más votos que el resto y para eso las elecciones municipales son el baremo a utilizar. Luego hay una lectura cualitativa, de qué lado han caído las comunidades autónomas y los principales ayuntamientos de aquellas circunscripciones que más diputados envían al Congreso de los Diputados, porque estas elecciones son las primarias de las generales de diciembre y lo que determinará la acción de los partidos en la campaña electoral que comienza el 29 de mayo.

El resultado de las elecciones se va a parecer mucho al refrán "En la feria de Valverde, el que más pone más pierde". Y quien más pone en juego es el PSOE que fue el ganador indiscutible de las elecciones homólogas de 2019, en donde ganó en todas las comunidades autónomas, y si el PP logró hacerse con Murcia, Castilla y León y Madrid fue porque el partido bisagra, Ciudadanos, se escoró en todos los casos hacia la derecha y dio el gobierno de esas regiones y algunos ayuntamientos, como Madrid, al PP. El PSOE pone en juego nueve comunidades autónomas, -diez si se cuenta Cantabria donde cogobierna-. O sea que, si pierde en votos frente al PP en las municipales y alguna de las regiones que gobierna, habrá perdido las elecciones. Pero, aun así, si mantiene la Comunidad Valenciana, objeto de deseo del PP, logra conservar el ayuntamiento de Sevilla, consigue el de Barcelona y obliga al PP a que necesite a Vox para alcanzar el poder, habrá matizado la derrota.

En sentido contrario, el PP pone muy poco en juego y solo puede mejorar su posición tras haber cosechado los peores resultados territoriales en las elecciones de 2019, y en aquellos lugares donde gobierna, compite contra sí mismo con el objetivo de obtener mayorías absolutas o al menos suficientes como para poder prescindir del apoyo de Vox, además de arrebatar al PSOE algunos de sus feudos tradicionales, Extremadura, Castilla-La Mancha y otros ayuntamientos emblemáticos socialistas. No cumplir esas expectativas supondrá reabrir problemas internos en el liderazgo del PP.

Ciudadanos va la feria con todo lo que tiene, o por mejor decir, con todo lo que le queda, y la esperanza de poder ser decisiva en algún ayuntamiento donde el fiel de la balanza se puede inclinar a derecho o izquierda por un número muy pequeño de votos. El partido naranja se juega su supervivencia con muchas posibilidades de perder la vida política.

Jugar a dos bandas como ha hecho la impulsora de Sumar, Yolanda Díaz, no siempre es garantía de éxito. Tendrá que reflexionar si otros perdedores de entrada, Podemos, no logran entrar en las asambleas de Madrid y Comunidad Valenciana y dejan en bandeja el triunfo al PP, y ese hecho se apuntará a su debe. Si obtiene unos resultados notables será el partido morado quien tenga que pensar sobre su estrategia futura.

¿Y Vox? La ultraderecha va a ganar, en cualquier caso, porque tiene poquísimo que perder.