Froilán de Lózar

La madeja

Froilán de Lózar


Froilán, el ermitaño

13/01/2023

Que la tecnología viaja a velocidad de vértigo ya es público y notorio. Los automóviles te llevan de una ciudad a otra en unas horas, viajes que antes suponían días. Siempre que paso, como ahora, por Valoria la Buena (Valladolid), recuerdo lo que me contaban en mi tierra cuando venían a buscar vino con el carro desde aquellos pueblos. Valoria se encuentra al noroeste de Valladolid, en la Campiña del Pisuerga y está adscrita enológicamente a la Denominación de Origen Cigales, uno de mis vinos preferidos. Se conoce que a ellos también les gustaba, pero imagínense doscientos kilómetros a cinco por hora. No me salen las cuentas ni la imaginación me da para deducir cuántas penurias pasaron mis vecinos.
Estamos a primeros de diciembre y vuelves a la realidad porque quieres llegar de día a la Alberca. Misión imposible porque a las seis se escondió el sol y queda todavía un buen trecho para llegar a Salamanca. Pero también la noche tiene su atractivo en este pueblo de la Sierra de Francia, uno de los más bonitos de España. Tuvo lugar aquí un hecho curioso que refleja la historia. 1.465 mujeres albercanas vencieron a las tropas portuguesas del Prior de Crato, hijo del infante Luis de Portugal. Miguel de Cervantes cita en El Quijote la Peña de Francia y Lope de Vega aprovecha ese mundo de mitos para buscarle refugio aquí a dos enamorados que huyen de la Corte. En ese ambiente de Edad Media nos recreamos, mientras se prepara el escenario y entra el marrano de San Antón y la coral entona un villancico.
Nos encontramos en uno de los pueblos que aún se aferran a los ritos y costumbres y donde la manifestación más sorprendente es la arquitectónica. Y para curiosa la leyenda que ha dado origen a la romería de Majadas Viejas o Maralviejas.
Dicen que Don Rodrigo, rey visigodo, al perder la batalla de Segoyuela de los Cornejos, tuvo que ocultarse en la Sierra de Francia, donde escondió la imagen de la Virgen que llevaba siempre a sus batallas. Pues dicen que aquella imagen se habría encontrado entre peñas por un ermitaño llamado Froilán.