Estamos en verano y, un año más, volverá a repetirse a lo largo de estos meses el acostumbrado éxodo de quienes, para su tiempo de vacaciones, vienen eligiendo la España rural sobre cualquier otro destino que se les pueda presentar.
Así que con esta realidad a la vuelta de la esquina, nuestros pueblos volverán a mostrarse alegres y festivos, con sus gentes henchidas de emoción y llenas de deseos de compartir espacio físico y relación vecinal tras cada nuevo amanecer.
Por lo que, como una clara expresión de alegría, arderán en fiestas a lo largo del verano, haciendo que la diversión y las emociones vibren a flor de piel y vuelvan a instalarse por doquier en estos lugares, cubriendo horas y horas de interminables tardes de sol, colmadas de cientos de recuerdos del ayer que todavía logran emocionar; unido todo ello a la amistad y a la camaradería vecinal en un ambiente de calle a tope, hasta bien entrada la madrugada.
Todo un alegre murmullo callejero con su duende incluido, el que durante este verano volverán a recuperar nuestros pueblos, desde el más grande al más chico, para disfrutar de esos largos atardeceres que sólo el tiempo de verano es capaz de proporcionar, mientras al calor de sus días van desgranándose una a una las emociones.
Por eso, que no pare de sonar la música al derecho y al revés, hacia adelante y hacia atrás, a lo suelto y a lo agarrado –si es que todavía se estila-, en corro y en pareja, que es capaz siempre de poner a todos en danza. 
Mas, esto no es todo, claro que no; porque además de fiesta, ambiente relajado, aire puro, paisaje y paisanaje, habrá también actos culturales por doquier para distraer el espíritu, en su propio pueblo o en cualquier otro de los alrededores; en momentos que, asimismo, resultarán inolvidables, porque propiciarán decenas de encuentros de unos con otros, de convecinos de pueblos cercanos que aún lejanos en la distancia tras tener que abandonarlos, se reencontrarán tras muchos años de no haberse visto.
Sintiendo, por encima de todo, que les siguen uniendo unos recuerdos del ayer de inolvidables e imborrables emociones convertidas en puro sentimiento.