Compruebo con estupor cómo el comportamiento social deja mucho que desear en nuestros bares y restaurantes. Quiero dirigirme a los consumidores, diciéndoles, en primer lugar, que el personal de hostelería no es enemigo ni policía, que bastante cansados, hartos y desesperados están como para encima tener que soportar malas formas cuando se ven en la obligación de llamar la atención para que los clientes cumplamos las normativas, y que su aburrimiento y desazón les lleva, en ocasiones, a no hacerlo, situación que comprendo claramente.
Estoy viendo juntarse grupos muy numerosos sin llevar la mascarilla, varias personas probar bebidas del mismo vaso o copa, ir y venir al servicio sin mascarilla, montones de besos y abrazos… y a camareros impotentes ante estas actitudes o llevándose malas contestaciones, reproches, reclamaciones o incluso insultos cuando llaman al orden.
Quiero mostrar un mensaje de esperanza e ilusión, las vacunas empiezan a llegar, vamos estando más protegidos, y en unos meses podremos dejar atrás la pesadilla más dramática que hemos vivido muchos de nosotros; pero sólo de nosotros depende que esto suceda antes o después, que caiga más gente en la enfermedad e incluso que fallezcan más o menos personas por ella.
A diario como fuera de casa y visito varios establecimientos de hostelería todos los días. Señores clientes, ni se pueden imaginar el sufrimiento del colectivo, va mucho más allá que las noticias de la televisión, radio o prensa escrita. Muchos miles de familias dependen ahora mismo directamente de que los comportamientos sociales sean respetuosos y adecuados, no se pueden permitir otro cierre, un retraso en las desescaladas de actividad, más limitaciones de aforo u horarios… y mucho menos si las autoridades se vuelven a ver obligadas a tomar este tipo de decisiones porque no hemos sido solidarios como sociedad.
Piensen por favor que si quieren ir mañana al bar o al restaurante con normalidad, podrán porque hoy lo estén haciendo de manera más prudente, que si quieren pronto juntarse de nuevo con sus amistades, volver a celebrar, a pasar el rato de ocio con sus compañeros de estudios, trabajo o aficiones, lo podrán hacer porque se hayan tomado las molestias de aguantar un poquito más.