Editorial

Los pequeños gestos también ayudan a reactivar la economía

Diario Palentino
-

No pudieron celebrarse los habituales eventos, las concentraciones de gente en los establecimientos, los sorteos especiales, la música en la calle o los brindis especiales, pero sí se notó más animación en la calle, paso previo a las compras

Es evidente, y casi huelga decirlo, que servir unas decenas de cafés y bocadillos, incluso unos cientos al día, no van a salvar ningún negocio de hostelería. De igual modo, animar un solo día las compras en el comercio local no puede salvar una temporada de restricciones, limitaciones, cierres e incertidumbre. Pero, no es menos cierto, que sin lo uno y sin lo otro, la situación sería todavía peor. Son pequeños gestos, inversiones ajustadas y una forma de no tirar del todo la toalla, al tiempo que se mantienen aunque sea mínimamente esas relaciones sociales, de las que se nutren ambos sectores. Porque los hosteleros y los comerciantes de ciudades pequeñas, como Palencia, saben mucho de confianza, de fidelidad, de clientes, de permanencia, de fidelización y eso es lo que algunos no están dispuestos a perder, que luego cuesta demasiado recuperarlo. 

 Es evidente, también, que ambos sectores necesitan ayudas económicas importantes, incentivos fiscales, subvenciones directas, créditos blandos y un apoyo decidido por parte de las administraciones, a través de sus distintos fondos extraordinarios motivados por las nefastas consecuencias de la pandemia, pero no vale fiarlo todo a ese frente porque hay tiempos, tramitaciones y un buen número de condiciones que cumplir para que se hagan efectivos y porque en muchos casos el posible beneficiario no puede esperar. Los ciudadanos hemos de aportar en la medida de nuestras posibilidades, aunque sea con economías domésticas más ajustadas y con menos liberalidad en el gasto que en otras ocasiones. Ayer, la iniciativa del Ayuntamiento y Palencia Abierta de reconvertir la ya tradicional Showpping Night en un Showpping Day, con descuentos y campañas promocionales y coincidente con el Black Friday, animó un tanto las ventas y sirvió en cierta manera para impulsar el comercio de proximidad. No pudieron celebrarse los habituales eventos, las concentraciones de gente en los establecimientos, los sorteos especiales, la música en la calle o los brindis especiales, pero sí se notó más animación en la calle, que siempre es el paso previo a las compras.

Fue una especie de pistoletazo de salida para las compras navideñas, que los comerciantes palentinos confían en que se mantengan con cierta animación. Si todos los santos tienen novenario y las rebajas y los descuentos no son solo flor de un día, tan cercanas como están las fiestas, con la ciudad iluminada, la ilusión de los más jóvenes intacta y las ganas de sonreír más y de poner un poco de alegría a la grave situación sanitaria y socioeconómica de los ciudadanos, es muy posible que la actividad económica siga reactivándose. Y si en torno al puente festivo, la hostelería puede reabrir, seguro que los pequeños gestos se multiplicarán en positivo.