Elisa Docio Herrero

A vuela pluma

Elisa Docio Herrero


El error del monocultivo

16/08/2020

No pongas todos los huevos en la misma cesta… Pasa cuando encontramos una mina y metemos en su explotación todos los esfuerzos. Para la España mayormente rural y poco industrializada de mediados del siglo pasado la llegada de turistas procedentes del centro y norte de Europa se convirtió en lo que hoy llamaríamos un nicho de mercado. Ya lo vio hasta el casposo franquismo que nos tenía como reserva espiritual de Occidente pero hacía la vista gorda cuando las blanquecinas suecas tiraban de sostén para chamuscarse en top-less (hoy toples. RAE). Desde entonces, el turismo fue la niña mimada de los gobiernos. En 2019 generó 191.000 millones de euros, el 15% del PIB y 2,8 millones de empleos. Agricultura, minería y ganadería pasaron a ser las hermanas menores. Se presumía más de ser obrero en una buena fábrica o camarero en la costa que quedarse en el campo. La emigración del mundo rural nos llevó a la España vaciada y a los tóxicos conglomerados urbanos. Pero hoy, la floreciente costa marítima se ve triste. Interminables bloques de hoteles y apartamentos con las persianas caídas. Millones de familias que viven todo el año de los seis meses de empleados en el sector lo van a pasar muy mal. Parte de la flota pesquera atracada porque los restaurantes no hacen pedidos, los lechazos se hacen corderos, las frutas y hortalizas perecen en los almacenes. Los millones de turistas extranjeros (84 en 2019) ahora consumen en sus países. El daño es inconmensurable y las arcas del Estado limitadas. Muchos de ellos, que compraron su apartamento de playa en décadas pasadas, se van haciendo mayores y no quieren correr riesgos, los ponen a la venta, los precios bajarán de sopetón, pero no los podrán comprar las familias sino los fondos buitre, carroñeros sin escrúpulos que aumentan exponencialmente la desigualdad en las sociedades donde aterrizan. www.elisadocio.com