Julio César Izquierdo

Campos de Tierra

Julio César Izquierdo


Sinfonías

10/07/2021

A lo mejor este verano se nos quiere poner un tanto petimetre, pero le rozan las costuras de la duda y le crecen botellones en parques urbanos y avenidas rurales. Y va viendo que hay necesidad de crear, hacer, organizar y celebrar. En unos casos con ojiplática intención y en otras con recelosa querencia, pero a ver quién pone collar al galgo y freno a la vida canicular después de tanto encierro. Complicado, dice Tiburcio, que ya no opina de casi nada y que vive de manera clarividente y con la luz apagada. Es que no quiere sufrir de forma innecesaria y se ha vuelto tan sostenible que del poyete de la puerta saltan chispas. Estío bienaventurado de piscinas y de tractores sinfónicos que arrastran en una semana el trabajo de un año y que venga bueno, que falta hace. Lo ve y se sonríe para afuera que para adentro congestiona y tampoco tiene ganas de recetas por teléfono si le viene retortijón traicionero. Ya tengo más vecinos, comenta, algunos ya vinieron el año pasado, otros hacía tiempo. Muchos de obras y reformas, por si las moscas. Normal. Yo asomo un rato por la mañana temprano y luego al caer la tarde, apunta. Estoy como un embajador, añade, dando conversación al viandante y también a los que pasan corriendo, en bicicleta o con los perros. Hay más perros que nunca o es que antes no me fijaba. No sé, buen hombre. Concho, arrebate, ¿te pusieron ya la segunda? Así es y de momento sin efectos secundarios ni reacciones. Me alegro, pero por estos pagos las afecciones son otras y se vienen arrastrando desde hace tiempo. Ya verás ya, cuando todo pase y por aquí se siga predicando lo mismo, el eterno invierno de la resurrección que no llega. Tendrán que seguir trabajando para encontrar otra vacuna. No sea usted cenizo, le riño con cariño, que ahora lo rural está muy de moda y todas las semanas nos anuncian buenas nuevas y si no son muy nuevas o muy buenas pues ya se moviliza la sociedad civil para poner orden. Ahora toda cara tiene su cruz. Ya hijo ya, pero la procesión siempre nos queda por dentro y la penitencia extramuros. No le veo con pegajoso optimismo. Cualquiera diría que habla por mor de la experiencia y sus décadas morando en el terruño. Ea, no vayan a decirle que no es suficiente argumentario. Va.