Toyi Marcos Sosa

Desde mi ventana

Toyi Marcos Sosa


Un grito huérfano

12/07/2020

Vamos camino de ostentar el triste honor de la mayor tasa de paro. Muchos a mandar para tan mal atendidos. Los residentes en los pueblos sufren tal abandono que acaban confinados como los indios americanos en pequeñas reservas poblacionales envejecidas al privarles de los servicios esenciales que por derecho les pertenecen. 
El mundo rural retrocede; si nace un proyecto, otros lo vetan, y los presidentes de Castilla y León, Aragón y Castilla la Mancha se han propuesto pelear ante el reto demográfico y es bueno que siendo de siglas distintas trabajen por un mismo fin dependiente de la CE. Se centran en tres provincias y el ciudadano grita, que hay cientos de municipios que esperan ayuda más cercana si hubiera voluntad de luchar por recuperar cuantos servicios les han arrebatado. Los presidentes proponen: «Hay que hacer todo lo necesario para que estas tres comunidades puedan generar oportunidades de vida y revertir su tendencia poblacional». En efecto, y Palencia también, porque como bien dicen: «El principio de igualdad es innegociable y los servicios públicos se deben prestar por igual a los ciudadanos vivan donde vivan, ya sea en el mundo rural o urbano». ¡Ahí, ahí! pero verán: 
El pasado día uno DP publicaba una carta de una vecina de Espinosa de Villagonzalo que debería leer nuestro presidente autonómico, pues es un clamor al abandono, un grito huérfano a la consabida falta de servicios en los pueblos. Lamenta esta señora, que en el suyo, pasando la vía férrea no puedan viajar a Palencia porque si hay tren para ir no lo hay para volver, siendo el ferrocarril el único medio de transporte que tiene el municipio. La solución de quienes carecen de medios es la de un taxi, cuando la mayoría de los viajes que se hacen son por extrema necesidad. ¿Qué futuro les espera?
Ojalá que los servicios básicos regresaran a los pueblo. La duda es mucha ¿cómo van a objetivar la prestación de servicios; las cuentas del Estado de Bienestar cuando una infraestructura férrea está ahí y nadie mueve un dedo ni siquiera para que un automotor preste servicio como en los precarios años 50 del pasado siglo? ¿Tantas reglas lo impiden?