Ignacio Fernández

Ignacio Fernández

Periodista


Pollos

23/06/2022

Andan diciendo algunos que para otoño escaseará el pollo. Otros dicen que lo que escaseará es el dinero, 12.000 millones de euros más asevera la Airef que costará financiar nuestros 1. 000 millones diarios de deuda porque, dado que todo sube, lo hace también el precio del dinero.
Barato no es, sino caro, mucho, el mecanismo que «casa» la oferta de empleos con la demanda, pero entre el Sepes y el Ecyl solo ofertan un trabajo por cada 82 parados, leo en el Diario de Burgos. Peor si se enferma usted en Salamanca, porque las cirugías extra de tarde que se necesitan para poner en su sitio a la lista de espera no van a poder, ser dado que parece que a los anestesistas le parece poco cobrar 450 euros por cada tarde, que dicen que eso es el equivalente a una guardia de 17 horas y que les paguen como si trabajaran el día entero.
Estos pollos, los del Ecyl, los del Sepes y así «ene» veces –organismo, organismos y más organismos– representan esas ineficiencias que los ciudadanos padecen por culpa del no idóneo funcionamiento de algunas instancias aquejadas de una inercia a la que habría que poner coto pero que ni los políticos son capaces de embridar muchas veces (aunque sería una de sus obligaciones). Ahora que termina el periodo de la Declaración de la Renta y que muchos se rascan el bolsillo, o que llenar el depósito se asemeja a un trasplante de riñón y comprar la fruta al atraco al tren de Glasgow, no estaría de más que los ciudadanos tuviéramos la impresión de que al menos se nos facilita la vida desde esos organismos tan carpetovetónicamente herederos del «vuelva usted mañana» pero a precio de oro. La administración está al servicio de la gente y no al contrario. 
En esto, como en todo, sólo vale lo que sirve.