Toyi Marcos Sosa

Desde mi ventana

Toyi Marcos Sosa


Hombres de paja

08/11/2020

Un país que ejerce duras usanzas para elaborar sus doctrinas en medio de una pandemia que es utilizada para implantarlas, no es de fiar. Encarar los problemas es otra cosa, pues no se ve que esté dentro de las responsabilidades políticas, lo que pone en riesgo al pueblo que necesita un modelo de estabilidad   urgente. 
España se sorprendió cuando vio al presidente hacer mutis por el foro en el Congreso y empezó a preocuparse por si algo grave ocurría para que el máximo responsable de enderezar nuestros males diera plantón. ¿Qué podía haber más importante que la situación actual? ¿Cómo se debe reaccionar por una espantada de tal calibre ante un pueblo que agoniza?  ¿Se aburría y  se largó cansado de todo lo que no sean sus propios monólogos? ¿Le importan los fallecidos, sus familias, el estrés que padecen los sanitarios, los que se quedan en estado de pobreza y en la calle, las colas del hambre, autónomos, mayores, etc? Porque no se ve preocupación por sacar a España adelante, más bien parece que gobierne un equipo tal si fuera nuestro enemigo: enemigo de España. Y es que el común del pueblo no sabe si esa actitud es normal por una emergencia  que le vimos salir tan pancho. 
No hay debates constructivos; se  tergiversa de forma intencionada todo argumento. El oponente no existe, no se escucha y todo  se altera y deforma.  El caso es evitar el debate en términos provechosos para los ciudadanos y evadir la realidad. El portazo del presidente llevó a pensar que esa era una actuación  manipuladora; un método que en muchos casos hace que parezca hasta ridículo todo tipo de exposición al no poder defender lo que está tan a la vista. Quienes emplean esta técnica hacen todo lo posible para no despegarse del poder y cimentan retóricas retorcidas y escenarios alejados de la realidad haciendo que la gente comulgue con piedras de molino y, si la cosa se complica o no apetece estar ni oír, nada mejor que poner pies en polvorosa y dejar al subalterno. Algo grave pasa cuando en un país vedarán hasta su lengua, saquean y destruyen y nadie se inmuta. No hay un Parlamento funcionando; cómo para entregarle 140.000 millones de euros.