Bueno, pues como el que no quiere la cosa, comenzamos hoy el último mes del año, al que veíamos un tanto lejano cuando allá por el mes de enero iniciábamos su cómputo esperanzados en el porvenir y teniendo por delante todo ese abultado número de meses de rigor.  
Un mes éste cargado de simbolismo para todos nosotros porque, entre otras cosas, acoge una de las fiestas más familiares y entrañables de todas, como es la Navidad.  Que, unido al colorido exterior tan alegre y vistoso que la representa, su llegada alcanza unas elevadas dosis de deseo y expectación contenidos.
Eso, claro, hacia el final del mes -aunque llevemos ya semanas de incontables referencias hacia ella-, porque diciembre es también conocido y querido de un tiempo a esta parte porque 'suena' a gran 'puente' laboral y estudiantil, habida cuenta de las festividades que engloba en sus primeros días; el que puede considerarse como el preludio o el entrenamiento de lo que será la gran escapada de la Navidad. 
Y ya llegarán los últimos días del mes para hacer balances de final de año con un mayor rigor, pero al día de hoy seguro que se puede adelantar ya que en el discurrir de sus días ha habido de todo: penas y alegrías, noticias buenas y noticias menos buenas e incluso malas de necesidad, triunfos y fracasos, ascensos y descensos, bajones y subidas, en cualesquiera aspectos o situaciones de la vida, algo así como un viaje en una montaña rusa, vamos.
Y claro, también en el terreno de la salud, tanto particular como general, por aquello de la evolución de la pandemia que llevamos arrastrando ya tantos meses y que, aunque con menor virulencia cada vez, aún no podemos darla por derrotada totalmente, estamos viendo que las olas de la misma con subidas y bajadas de la incidencia, van alternándose casi ininterrumpidamente. 
O sea que, en general, bien pudiera decirse que estamos ya en la cuenta atrás previa al cierre del ejercicio, ajustando los últimos contratiempos y retocando los últimos flecos a fin de cerrarle lo más en positivo posible a final de año, y que el balance salga con los mayores logros posibles.
Suerte en el empeño, pues.