Fernando Martín Aduriz

Dirección única

Fernando Martín Aduriz


Año sabático

04/11/2022

Vuelvo a la columna del querido Diario Palentino tras un breve periodo que algunos denominan año sabático. Esta curiosa expresión viene de šhabbat esa palabra hebrea que habla del 'día de descanso', de sábado, sabático. Así las cosas, creo que en el fondo la pregunta es de qué hay que descansar cuando nos tomamos un descanso, o cuando nos llega el sábado, o cuando solicitamos un año sabático. O si es que hay que descansar. Mi parecer es que descansar-descansar, lo que se dice descansar-descansar, en el fondo tiene como meta el descansar de uno mismo, esto es, de escucharse decir las mismas o parecidas cosas, de leerse y de plagiarse, de repetirse. Algunos llevan encima «lo que te anda por dentro», (por otro lado, la más atinada definición de poesía, en el decir del escritor Andrés Trapiello). Pero todos llevamos algo que no deja de hablarnos, un fiel compañero de viajes y fatigas, nuestro 'otro', el sujeto del inconsciente que nos habla, que murmura, que a veces atosiga con su run-run incesante. El problema es que no es fácil acallar 'eso que no se nos va de la cabeza', y aunque nos alejemos del escenario cotidiano de nuestras vidas, de nuestra casa, de nuestras calles, de nuestra ciudad, si tiene la faz de preocupación-tormento interior, viaja también con nosotros, nos acompaña en año sabático allá donde vayamos. Recordemos el nombre de 'escapada', que triunfa en el lenguaje de la oferta de viaje. Si esta hipótesis fuera la correcta, entonces descansamos de nosotros mismos. Pero por otro lado no deja de ser cierto que también necesitamos descansar de los otros, que son quienes «nos andan por fuera» (definición de este columnista). El descanso también apunta a detención, a desprendimiento de rutinas, a la inercia que nos va llevando al «mar congelado que hay dentro de nosotros», en el decir de Kafka. Durante el año sabático se lee. Se lee a los otros, y se lee «eso que te anda por dentro». Año sabático, metáfora de libros y escritura, de viajes y sueños, de un tiempo menos previsible, de sorpresas y acontecimientos imprevistos será el hilo conductor, y finalmente el nombre de estas columnas por venir. La espera es la condición esencial del ser humano para Kafka, luego, ¿quién no espera la llegada de un año sabático?  Claro que la pregunta posterior sería, ¿cómo usar a la buena manera un año sabático? De esto quiero escribir en las próximas columnas ahora tras el epígrafe de Vecinos Ilustrados, precisamente con este de Año sabático. Mis mejores saludos al ilustrado lector de Diario Palentino, con quien deseo reencontrarme en estas páginas del decano de la prensa palentina. Tempus fugit.

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