Dionisio Lamas Muñoz

Tribunal Libre

Dionisio Lamas Muñoz


Oscuridad mundial

09/05/2022

La noche de los mundos se cierne como lóbrega y siniestra herencia de la maldad del ser humano venida del averno, se expande en veloz huida con el fin de recoger el fruto de la perversión del hombre y de la mujer, cuya crueldad oriunda de los autócratas desde todas las generaciones, y desarrollada en las hostiles discrepancias de las contiendas o en las frías e inhóspitas palabras de la maldición, pierde en un solo instante cuanta luz dieron al mundo los siglos, y desvanecen en obstinado intento el trabajo esmerado y brillante del ser humano en su esplendor creador.
En infinidad de lugares del Planeta se ha oscurecido la luz, asomando las tinieblas de atrocidades abominables, causadas por la dejación de las organizaciones internacionales o por la escasez de principios éticos capaces de invertir los genocidios devastadores en soluciones pacíficas.
La volitiva escasez de líderes mundiales con autoridad moral para mediar ante las disensiones entre las naciones, hacen que estas se sumerjan en las aguas fangosas de la enemistad las cuales engendran codicia, dolor, destrucción y muerte.
Cualquier país de la Tierra que lesiona gravemente los derechos humanos e incumple los más sagrados principios humanísticos, está quebrantando el orden internacional y el derecho de las naciones a regir sus destinos con libertad, está hollando su independencia y rindiendo por la fuerza a la esclavitud y a la sumisión, sin recurso a la liberación del país deshonrado.
La nación que sin derecho que la valga y ampare, intente someter a otra, y haciendo uso de su poder, infrinja las normas de consenso plurilaterales internacionales, tiene la obligación de deponer su conducta de agresión ante el contexto de las naciones libres y democráticas del mundo civilizado, lo contrario es desagregarse del orden, de la buena convivencia universal, y de la armonía de los pueblos pacíficos del mundo.
La nación  que intenta apropiarse de un territorio que no le pertenece, perpetrado por fuerzas agresivas y cobardes, las cuales se ensañan con los más vulnerables de la sociedad produciendo miedo y exterminio, merece la repulsa de la sociedad y el descrédito mundial. El arbitrio de la dominación empobrece a todos los pueblos.

ARCHIVADO EN: Derechos Humanos