Ignacio Fernández

Ignacio Fernández

Periodista


Irlanda

01/04/2021

Tenemos demasiado poco tiempo en España para dedicarnos a las cosas importantes. Inmersos en una campaña electoral permanente, alimentándonos a base de “slogans”, la comida basura del intelecto, plato predilecto de los partidos políticos, no hay lugar para profundizar y nos limitamos a deambular por la superficie de la historia en un tránsito epidérmico que por ahora arroja por toda cosecha el hundimiento del PIB a lo peor de Europa y la tasa de deuda más aviesa de entre los países con los que podemos compararnos.
Otros, sin embargo, no dejan de dar sorpresas. Es, verbigracia, el caso de Irlanda, pequeña nación europea que supo manejarse con pericia durante la crisis financiera de hace 10 años, que experimenta desarrollos sorprendentes y que vuelve a darnos una lección potente con el plan, presentado estos dias, llamado “Nuestro mundo rural”. Incentivos fiscales para la “ocupación” del campo, banda ancha, fomento del teletrabajo en zonas rurales para que al menos el 20% de los funcionarios operen desde los pueblos en un plazo breve y numerosas medidas de este corte con un paradigma: "El mayor error que podemos cometer al salir de la pandemia es volver a la normalidad", dice el gobierno irlandés.
¿Qué dicen nuestros gobiernos, autonómicos y el nacional? Pues ideas de gran recorrido: “yo listo, ése tonto”, “conmigo salvados, con el otro, perdidos”; “dame tus votos que te daré el cielo, de lo contrario, el infierno”. Es lamentable la falta de profundidad con la que España aborda esta tesitura histórica y muy encomiables esfuerzos como el del gobierno irlandés con este plan nacional, muy ambicioso, pionero en su género en toda Europa y llamado a superar la dualidad campo ciudad, antagonismo que otros no somos capaces de corregir. Estamos demasiado ocupados celebrando elecciones como para estar pendientes del gobierno de la ínsula.