José Javier Terán

El rincón palentino

José Javier Terán


Sin fiestas ni romerías

21/04/2021


Bueno, pues este año tampoco -y van ya dos seguidos- los palentinos hemos tenido el alto honor de ser apedreados con el tradicional pan y quesillo desde las laderas del cerro del Otero por parte de las autoridades locales y provinciales con motivo de la festividad de Santo Toribio; porque ocurrió que la fiesta y la consiguiente romería fueron suspendidas por las autoridades a la vista del nada halagüeño panorama sanitario que atravesamos, propiciado como todos sabemos por la maldita pandemia, que nos sigue trayendo por la calle de la amargura.
Así que ese día, el domingo 18 de abril en concreto, que ya se había marcado a condición en el calendario festivo para este popular acto de la pedrea, si anduvimos por la calle y la perspectiva de la mirada nos dejaba divisar las inmediaciones del cerro del Otero, le veríamos como otro día cualquiera, solitario; porque a los pies del Cristo, a la hora acostumbrada de otros años, no nos encontraríamos con ninguna multitud de gente agolpada en las faldas del propio cerro esperando poder hacerse con, al menos, una bolsa de pan y quesillo de las cientos de ellas con las que se apedrea incruentamente -faltaría más-, a los allí congregados.
Por lo que, en esta ocasión, tampoco pudo cumplirse la tradición junto al voto de villa del ayuntamiento capitalino en torno a una bonita leyenda del acervo popular palentino que todos conocemos, y que tiene lugar en los entornos de este popular barrio palentino del Cristo, donde las gentes acuden en masa.
Y claro, hablando de romerías capitalinas a este propósito, hay otra que también goza del cariño de las gentes de la capital, cual es la popular Romería de San Marcos, que cada 25 de abril tiene lugar en el extraordinario marco del parque del Sotillo, en los aledaños del emblemático Puentecillas, y que este año, por el mismo motivo antes expuesto, tampoco va a poder celebrarse.
Por lo que, en ambos lugares, nos quedaremos de nuevo sin degustar ni caracoles, ni avellanas, ni almendras, ni rosquillas del santo, ni dulces de algodón, ni churros; ni los pequeños poder adentrarse en el fantástico mundo de los carruseles infantiles.