Dionisio Lamas Muñoz

Tribunal Libre

Dionisio Lamas Muñoz


Valores: La fortaleza

26/04/2021

En el proceso humano de desarrollo sociológico y antropológico de la persona, es esencial crear en el hombre y en la mujer un carácter psicológico, lleno de vitalidad y de energía para asumir la fortaleza con la que ha de superar todas las adversidades del mundo y cuantas le sobrevengan por las circunstancias inesperadas del mundo en que vive. La fortaleza espiritual es necesaria para permanecer en medio de cuantos infortunios acucian a la humanidad: como la enfermedad o la pobreza, y cuantas lacras disminuyen  la semblanza alegre y positiva con las que se tiene que nacer, vivir y morir.
El valor de la fortaleza hace del ser humano vencedor de las contrariedades, de las arbitrariedades, y  de las injusticias, y sobreponerse por encima de cuantas vilezas esconde la maldad en la contienda por la vida.
La fortaleza infunde en la persona el ánimo suficiente para alcanzar valor frente a los desaires de los demás, bravura frente a las sombras de la noche cuando el dolor invade la integridad humana, y la precipita al borde del desaliento o de la desesperanza. La fe en el Altísimo y la esperanza en su misericordia, hacen del ser humano una luz en medio de la noche, una roca fuerte enfrente de la despiadada tormenta de los tiempos oscuros y de las sociedades deshumanizadas, baluarte en medio de las olas de un mar embravecido por el huracán de la destrucción humana.
En mitad del caos, se alzan el hombre y la mujer como estrellas luminosas, desde su fortaleza espiritual y desde la albura de su corazón, la nobleza de su dignidad y la mirada limpia de los Ángeles, y como ellos se procura la felicidad de un mundo desorientado y empobrecido, y de sentimientos olvidados.
La fortaleza anida en el interior del ser humano cuando se es capaz de socorrer a los más miserables de la Tierra, cuando se es capaz de romper el egoísmo individual y darse al servicio de los otros en una entrega generosa, no importa en cual de las múltiples funciones que corresponde realizar al hombre o a la mujer.
La fortaleza es el aliento que anima la vida y su entorno, que logra alcanzar el horizonte soñado y vislumbrar tiempos de luz, de paz y de concordia en los siglos presentes y venideros en una historia sonriente.