Ayuntamientos, diputaciones, comunidades autónomas y cualquier órgano bajo control del PP ha recibido instrucciones de menoscabar la acción del gobierno como tarea principal y cotidiana. Sea cual sea el tema el Partido Popular no propone se opone. Operación destroyer, un juego torticero y perverso. El casadismo y el ayusismo se centran en la crítica exacerbada porque no pueden decir a las claras que su proyecto busca en última instancia demoler la democracia e instaurar un liberalismo económico de absoluta desprotección a las clases con menos oportunidades. Tiene que insultar y mentir la señora Ayuso para tapar la ruina de la sanidad pública madrileña, la pésima gestión de las vacunaciones, las contrataciones irregulares a dedo y tantos dislates de su gobierno. Pero, a cambio, tiene contados los votos de hosteleros y autónomos del sector turístico y les llena los establecimientos de franceses sin que le importe el número de trabajadores madrileños contagiados y fallecidos. No ha respondido el Partido Popular a la propuesta del Fondo Monetario Internacional sobre crear  «una tasa Covid temporal para que los más ricos ayuden a pagar la factura de la crisis y paliar las desigualdades». 
Por el contrario, los gobiernos del PP quieren eliminar el impuesto de sucesiones para facilitar la acumulación de riqueza en pocas manos. En el mundo actual «una sola persona posee más riqueza que 5 billones de personas. O, dicho de otro modo, 22 hombres tienen más dinero que todas las mujeres de África» Wendy Brown. Al lema de la campaña de Ayuso «Libertad» le falta… libertad para morirse sin sanidad pública, libertad para pasar hambre si ayudas sociales, libertad para acceder a una educación pública degradada, libertad para no tener vivienda, libertad para contratar a los amiguetes financiadores del partido, libertad para ser esclavo laboral. www.elisadocio.com.