Toyi Marcos Sosa

Desde mi ventana

Toyi Marcos Sosa


Parlamento lamentable

04/10/2020

El combate político y social es preocupante. Que nadie se llame a engaño, pues lo que han engendrado harán que nazca.  
Con motivo de la no asistencia del jefe del Estado a Barcelona, un tal Jaume Asens de Unidas Podemos dice: «Sería fantástico que el Rey no volviera nunca más a Cataluña». Se ha llegado a tal punto que cualquiera puede declarar quién es apátrida dentro de su propio país desde el rey al mendigo.
Con probados hechos fanáticos, ninguno de los socios del Gobierno que pisan las Cámaras Legislativas puede ver a los españoles, así es imposible creer que van a mirar por los intereses de un extremeño,  asturiano,  castellano y leonés…  Allí van a ofender, desestabilizar y a sacar tajada. Y para más inri, con menos votos consiguen más escaños que el resto de partidos. ¿Para qué votar en generales con una ley electoral que puntúa en positivo a los separatistas? 
El pueblo sufre una de las crisis políticas más graves de su historia y, sin embargo, todo gira a  favor de los deseos de los socios del Gobierno que, a cualquier contrariedad, preparan una contraofensiva. UP, más amigo de poderosos que de pobres, pide neutralidad al tiempo que aporta polémica y el ministro de Justicia dice: «El Gobierno tiene la obligación de velar por la convivencia». Pues señor, recuérdeselo. ¡Qué país! Sin Ley ni Orden, con unos socios que no dejan de socavar los cimientos democráticos y un presidente que parece estar tan hechizado como para no recordar cuantas promesas hizo y juraba y perjuraba mil veces lo que nunca haría y ha olvidado; eso es muy preocupante. 
Después de 80 años vuelven a enfrentarnos. Volver a lo que no vivieron como si fuera una fiesta en lugar de buscar el acuerdo de TODOS para solucionar los muchos problemas que  han creado.  Y el ciudadano silente y temeroso no puede más por la que se le viene encima y se pregunta si todos los ministros de ministerios inventados se han ganado serlo en las urnas o por amiguismo e interés, ya que algunos han sido colocados por imperativo y no se sabe si muy legal.  
En fin. Que un lamentable juego parlamentario del «y tú más» a tan grave realidad, es la solución que ofrecen.