Víctor Corcoba

Algo más que palabras

Víctor Corcoba


Energías humanas conjuntas

21/02/2023

Cada día son más las personas hundidas en la desesperación, que han de enfrentarse a condiciones adversas que alteran su salud mental, lo que requiere sentirse protegidas para poder reconstruir sus vidas. En consecuencia, son tan vitales los Estados sociales y democráticos de derecho, como las organizaciones humanitarias, para implementar una respuesta multisectorial que dé salvaguardia existencial, en un orbe cada día más temible y terrible, donde crece la inseguridad alimentaria, la violencia y los desplazamientos. 
En este sentido, en muchas partes del espacio viviente el socorro humanitario no reemplaza la asistencia para el desarrollo, lo que nos suplica una mayor implicación por las energías humanas conjuntas, recordando que no hay mayor defensa que la del reencuentro con el amor, la única poética que nos dignifica, lo que nos hace fuente de vida en poesía, y no en poder, en justa convivencia social y no en injusto interés de mercado. Conviene recordar que un bello sueño nace en el instante preciso y precioso, en el que dos voluntades juntan sus labios para oír un te quiero, besándose. Demasiadas lágrimas y sangre han derramado ya nuestros predecesores, para que tomemos la iniciativa de salir de estos caminos inseguros y mortecinos. Esto nos debe hacer pensar en otros itinerarios más contemplativos en la formación de la mente y el alma. En consecuencia, no hay que resignarse, sino batallar por que toda la humanidad tenga iguales derechos y obligaciones, a su realización de caminante en disposición de vivir y de ayudar a vivir, de volar y de dejar elevarse en conjunción con la estima hacia toda savia. 
Tampoco precisamos un ardor guerrero, sino una dócil y paciente calma que nos armonice y fraternice, tanto entre nosotros como con aquello que nos rodea. Estos valores y estos principios, avalados por el sentido común, también han de ser asistidos y apoyados por un proceso pedagógico que favorezca la moderación en nuestros movimientos y la tutela de nuestro común hábitat. De lo contrario; cada ser será un verso destruido, incapaz de anidar en el universo de lo armónico. Por ello, tan necesario como el aire es el sosiego para poder sentirlo a todas horas.