Antonio Álamo

Antonio Álamo


Constructos

15/09/2022

Cuenta José Álvarez Junco en Mater Dolorosa (Taurus. 2001) una historia aparentemente banal que quizá merezca la pena recordar. Figura en el capítulo VI y comienza tras un epígrafe titulado 'España, Luz de Trento' (con coma, pese a lo que parezca o, lo que es peor, se ignore). El texto puede que cause perplejidad o provoque dudas de diversa índole a quien no lo conozca. A quien lo conozca seguramente le recuerde cosas y si mantiene la misma curiosidad que lo llevó a leerlo en su día tal vez eche mano del ejemplar que guarda, lo relea y guarde un discreto silencio porque todo le resultará muy familiar. Y muy actual… los textos, como todo el mundo sabe, los carga el diablo.
En ese capítulo explica que la palabra natio era conocida en el latín medieval, e incluso en el antiguo, y se aplicaba a una comunidad o grupo de personas de una misma zona lingüística aunque luego, en el Renacimiento, a esos grupos les fueron atribuidas diferentes cualidades psicológicas y morales. Más tarde, ciertas innovaciones culturales      -la imprenta o la reforma protestante, entre otras- hicieron el resto. Y, claro está, aumentaron los lectores y cambió algo el estilo de la escritura, convertida ya en un arma didáctico-informativa en los conflictos políticos. Y así surgió la figura del libelista o publicista profesional, «capaz de utilizar técnicas de persuasión emocional como la distorsión, exageración, manipulación, utilización de imágenes gráficas…». Nada nuevo, aunque algunos crean que lo del relato lo inventó el francés Christian Salmon cuando publicó Storytelling, la máquina de fabricar historias y formatear las mentes (Península. 2008).
Quienes todavía creen que España sigue siendo luz de Trento, martillo de herejes y cuna de la cristiandad y otras cosas parecidas, a las que dio vida Menéndez Pelayo, están en su derecho de presumir que lo es, pero quizá ignoran que son constructos literarios de otra época basados en percepciones. Son, como se dice ahora, relatos. Y nos llegan muchos a diario… desde Ucrania y Rusia o desde el Gobierno español y la oposición. Que aquí el interés resida en los cambios del calendario laboral para el año que viene no hace más que agigantar aquella imagen que de nosotros se acuñó.

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