Aunque ya son pocos los ciudadanos que tienen marcado en sus calendarios la fecha del 1 de julio, el inicio del período de rebajas es siempre una buena noticia para el sector del comercio, que aún conserva la esperanza de que durante los próximos dos meses puedan incrementar las cifras de ventas lo suficiente para afrontar los últimos meses del año con una mayor estabilidad económica para llegar con garantías, al menos, a la campaña de Navidad.
Las expectativas del comercio palentino son optimistas, en cuanto a que confía en que la supresión de las limitaciones por la pandemia del coronavirus haga que los consumidores regresen a sus establecimientos en busca de ropa, calzado y complementos para lucir en los hasta hace nada prácticamente prohibidos eventos sociales. También para equipar unos hogares a los que se ha sacado el máximo provecho durante dos años de encierros intermitentes.
Esas expectativas, no obstante, contrastan con la situación del sector en la provincia. Conviene recordar que Palencia lideró el año pasado la caída en la cifra de afiliados al Régimen Especial de Trabajadores Autónomos (RETA) en Castilla y León con 211 menos, con la peor tasa porcentual, un 0,9%, para cerrar el ejercicio con 12.685 personas que ejercen su actividad por cuenta propia. Pues bien, si se rescatan los datos por actividad económica, donde más empleos de autónomos se destruyeron en el acumulado del pasado año fue en la industria (2,7% y 18 menos); transportes (2,2 % y18 menos); agricultura (1,9% y 67 menos) y comercio (1,4% y 37 menos), seguidos de hostelería (1,1% y 13 menos); y construcción (0,8% y 12 menos).
A esos 37 autónomos menos del comercio se habrán sumado alguno más en estos seis meses, hasta el punto de que según el último informe de la Asociación de Trabajadores Autónomos de Castilla y León, ahora mismo hay en la provincia 2.606 dedicados al sector comercio. A muchos no les faltan motivos para echar la verja por última vez, ya que no solo han visto cómo durante el último año se ha incrementado entre un 40/50% el gasto en luz en sus establecimientos, sino que ahora que comenzaba a recuperarse el sector, una inflación por encima del 10% puede cercenar el consumo -si no lo está haciendo ya- tanto durante el período de rebajas como durante la segunda parte del año.
Ese esfuerzo por salir adelante y perseverar se merece un mayor apoyo de la sociedad palentina, el cual debe materializarse en un compromiso firme con los productos que ofrece el comercio local. Ahora podemos elegir si comprar en Palencia o hacerlo en una ciudad vecina o por Internet, pero quizá llegue un día en que no tengamos esa cómoda y asequible primera opción.