Toyi Marcos Sosa

Desde mi ventana

Toyi Marcos Sosa


Conferencia de presidentes

09/08/2020

El presidente se ha reunido con los de las CCAA. Torra y Urkullu dijeron que con ellos no  contara. En realidad, para qué, si el Gobierno les compensa ampliamente en detrimento de los que acuden. Pero Urkullu dio tantas vueltas y revueltas a la tuerca que se presentó in extremis después de que sus exigencias, bilateralmente fueran acordadas y firmadas.
Desde el punto de vista ciudadano no se entiende a qué van el resto de presidentes. Cuarenta y tantos años desde la formación de las CCAA y algunos aún no se han enterado. Es inquietante que los separatistas copen el Parlamento Español y decidan en el Gobierno: lanzan órdagos, cierran acuerdos sobre endeudamientos, Comisión Mixta de Cupos, Ley del Concierto Económico, si acatan o no la Constitución y exigen al Gobierno central respeto a la relación «especial y diferenciada». Relación especial ya la tienen puesto que vascos, catalanes y otras yerbas crecen y prosperan como la grama al sostener al presidente. Pero lo de «diferenciada» ¿de qué, si es un partido de 125 años frente a una nación de más de 500? «Especial y diferenciada» es un agravio sablista del que alguien debería responder pues no es más que un trueque de una política de cloaca, tal y como nos está enseñando el Gobierno a distinguir a las cosas raras.  
España entra en recesión sin tener un Gobierno de y para todos, sino de castas. ¿Por qué el PSOE de cualquier provincia ve discriminatorio y, con razón, inmoralidades  en los contrarios y no ve esta gran y continua               bofetada?
La injusticia nacional, por racista y diferente, hiere profundamente. Es una crueldad en una sociedad cuyo Estado de Bienestar beneficia siempre a los mismos en repetitivo cuento vespertino presentándolo como derechos. La divergencia que se implanta al decir  «somos diferentes» parece un mensaje del KKK al creerse superiores a los demás.
Señor presidente: En la medida que vaya subiendo peldaños, sujetado y apoyado por los que no les interesa dejarle caer, más feliz será, pero el 30% del empleo no llega a una semana y los ERTE serán ERE; esa es la verdadera presión social. No la que le canta al oído su vicepresidente.