La forma de llegar a la madurez ha cambiado radicalmente. Hoy los jóvenes que maduran llegan totalmente desheredados. En las sociedades tradicionales había una línea genealógica de la que se descendía; con su lugar de nacimiento, su lengua, sus objetivos existenciales. Cada individuo heredaba un horizonte vital y dentro de éste, un mundo completo. Con los bienes materiales y monetarios también se heredaba una forma de vida. Ahora es muy distinto, ya no recibimos un testamento vital que nos permita madurar. Se llega a la madurez experimentando: con deportes de alto riesgo, con alcohol, con diseños atrevidos, con la sexualidad… La experimentación es lo políticamente correcto. La consecuencia es que ser maduro, ser adulto se ha convertido en algo vago y muy difuso. 
Ya no disponemos de ancestros capaces de transmitirnos un testamento como forma de vida, y como la auténtica enseñanza es casi imposible, los "por qués" y los "para qués" de estos adultos navegan en la desorientación vital. Podríamos pensar que la sociedad sólo transmite neurosis y cuentas bancarias, pero también transmite ejemplos como el de Rafael Nadal, donde el esfuerzo y el sacrificio se hacen visibles para orientación de aquellos que viven como sonámbulos dirigidos por el consumismo. Es una pena que sean escasos y que los valores residuales no sean más que hojarasca   otoñal que hace tiempo dejaron de ser útiles para dirigir la vida.
Desheredados cultural y vitalmente nuestros adultos son incapaces de responder a la pregunta: ¿Cómo se ha de vivir? Su vida  podía haber sido buena si junto a los medios económicos les hubiéramos transmitido la forma de vivirla; pero sin testamento vital han quedado desheredados y sometidos  al ensayo y error propio de la experimentación. Esto es lo que está sucediendo en la política actual, se experimenta con la ley 'del sí es sí', con los indultos, se modifica el delito de sedición… Da la sensación de que no hay proyecto de país. Pero, ¿cómo va a haber proyecto de país si la mayor parte de los políticos actúales han sido desheredados y viven desorientados? Espero que en este mes de diciembre, donde vuelve la Navidad, recobremos los valores de nuestra herencia.