Ilia Galán

Ilia Galán


No hubo posada

20/12/2021

En estas fechas cantamos o escuchamos los villancicos que narran cómo al Rey de reyes, al Señor del universo y de los innumerables mundos creados, no le dejaron un hueco donde nacer y su Madre embarazada se vio forzada con su marido, un hombre de la estirpe nobiliaria de David, a refugiarse en un establo. José era de una rama de la más alta nobleza de Israel, pero a la vez humilde en su ser y en sus posesiones, ya que vivía del trabajo de sus manos como carpintero. Pero el gran acontecimiento mundial que fijaría nuestro calendario y la mentalidad de muchos pueblos, el que sería narrado por infinidad de lenguas, se descubre en su indigencia y en la dureza de los corazones de los hombres que a una mujer a punto de dar a luz a la Luz no le dejan nada mejor que un rincón entre las bestias. El relato del Niño divino acogido en un pesebre que servía para alimentar al burro o al buey nos recuerda la importante tarea de que no dejemos caer las casas que tenemos en pueblos, poco a poco más abandonados y, por otro lado, ofrecer morada a quien no tiene techo, tan necesaria en nuestros inviernos. De ahí la importancia de programas como Rehabitare, con los que la Junta proporciona viviendas sociales a quienes por necesidad las requieren. Esto permite repoblar las zonas que van dejándose caer arruinando a todos, pues cuando un área se deteriora se cae en cadena el comercio, el trabajo, el techo... Dos elementos hay fundamentales para las repoblaciones: casa y trabajo. Si falta cualquiera de estos, imposible es acercar a las gentes que tanta falta nos hacen en ciertos lugares donde si no, en poco tiempo, solo las zarzas crecen, mientras los monumentos y los hogares se agrietan y desaparecen. Es natural que el obispado colabore también en estos empeños pues la labor asistencial de la Iglesia tiene muy clara que la caridad no puede reducirse a buenas palabras: obras son amores y no buenas razones. Con estas no se come, ni turrón ni pan ni dulces. Reducir impuestos, ayudar con subvenciones, agilizar las labores de los emprendedores... La Navidad mostrará muchos pueblos fantasmales, pero los villancicos florecen.