Instalados en la primavera, despedimos el invierno con el cambio horario que se produce esta madrugada. Como todos los cambios de hora, este también tiene lugar de madrugada, concretamente a las 2 hora peninsular, es cuando los relojes se adelantarán a las 3 horas; de igual forma en Canarias, a la 1 serán las 2. Muchos opinan que sería bueno dejar de cambiar el horario y nos planteamos de dónde viene esta norma. La respuesta está en el Diario Oficial de las Comunidades Europeas, concretamente el 19 de enero pasado, en una directiva relativa a las disposiciones sobre horarios europeos. Lo que nos preguntamos es hasta cuando tenemos que adelantar los relojes en primavera y retroceder las manecillas en el otoño.
Así, mañana, Domingo de Ramos, nos levantamos con una hora menos de sueño y aunque este horario favorece más a las personas madrugadoras, a todos nos cuesta más, porque no nos acostamos una hora antes. En general, este cambio horario de verano, suele tener efectos molestos y producir alteraciones en algunas personas en forma de insomnio, somnolencia y malestar, sobre todo en niños. La ventaja de este año es que coincide con vacaciones de Semana Santa y es más fácil la adaptación sin tener que levantarse para ir al colegio. De todas formas, en unos días ya no nos acordaremos del cambio horario sin más traumas. Lo mejor es huir del sedentarismo y no obsesionarse con las modificaciones.
Lo peor es que seguimos al dictado de lo que nos marca la pandemia. Un año más, esta fecha tan señalada en el calendario volverá a ser diferente de lo habitual por el coronavirus y las restricciones en vigor para evitar contagios. Mañana será un Domingo de Ramos sin la alegría de los niños en las calles que nos avisa de una Semana Santa distinta, en recuerdo a la pasada del año 2020. Precisamente mañana será la primera luna llena después de la primavera y el siguiente domingo es Pascua, precedida de cuarenta y seis días de la Cuaresma desde el 7 de febrero. Así se determinan las fechas movibles de estas fiestas que de nuevo vamos a vivir en la intimidad. En este caso, con la esperanza en esa vacuna que se demora.