Jesús Mateo Pinilla

Para bien y para mal

Jesús Mateo Pinilla


LA GUERRA DE HOY

21/07/2020

Miedo me da el relato de guerra que se ha establecido con la excusa del Covid-19. Veo que hechos históricos alejados en el tiempo están condicionando nuestro presente. 
Se ha buscado un relato como base para referir la pandemia, con alarma asimilable a la de guerra, que justifica todo: el confinamiento, seguimiento de personas, ocultación de cadáveres, prohibición de despedidas familiares, visión de las morgues, búsqueda de familia desaparecida, número de bajas… y justifica otros  discursos: presiones a la corona previo descrédito, a la judicatura, al descabezado  ejército, la unificación y anulación de medios de expresión social, integración de los nacionalismos en el juego, nacionalización de medios productivos, de viviendas, incluso la eutanasia activa sin escuchar al paciente… y todo ello con un vocabulario que ni es actual, ni comprenden las  jóvenes generaciones: fascismo, progresismo,  utilitarismo, homofobia, clases y castas…. todo un lenguaje excluyente para anular al contrario. 
Todo es excusa. En mi juventud creía que la estética era lo que representaba, hasta que leí a Sánchez Vázquez y vi la ideologización de la estética. El realismo comunista, era arte al servicio del poder y no del pueblo. 
Los políticos muestran que el momento es de la guerra civil. Entonces hubo dos Españas minoritarias y extremas y una tercera mayoritaria en la que se integraban gentes de toda condición. Ahora, comunistas de Podemos y socialistas extremos y la España mayoritaria, la que se muere, a la que engañan día a día, gente de toda condición.
En este punto ¿dónde está el diálogo? Se ha suprimido desde el confinamiento el diálogo social, las posiciones de partidos, relegándose la vida y la opinión de la sociedad representada. La óptica de guerra desenfoca el país por miopía e hipermetropía. Se opta en los medios por no hablar de estas cosas, como decía Lorenzo Villalonga:  es peor aún, olvidarlas. En esta locura colectiva hay que repensar los lugares comunes, para librarse de su maleficio, que decía Unamuno, suprimiendo los cancerberos prejuicios. Largo Caballero voceaba en el Socialista: «si ganan las derechas hemos de ir a la guerra civil», se llamaba al lenguaje, donde nada se entiende, el de las pistolas.