Es tiempo de Belenes. Esta costumbre es una de las más bellas formas de conmemorar el Nacimiento del Hijo de Dios. Con esta costumbre intentamos reproducir aquel acontecimiento que cambió la historia de la humanidad. En mi memoria permanece, de modo indeleble, el recuerdo de aquellos días del diciembre de mi infancia. Todo comenzaba con la subida al monte El Viejo para recoger musgo. Sentía una gran excitación pues no resultaba tarea fácil, pero mi padre sabía dónde y cómo recogerlo sin dañar el espacio en que se encontraba. También necesitaba arena y piedrecitas para  diseñar los caminos, así como ramas verdes para ambientar la escena belenística. Y llegaba el gran día. Lo instalábamos en una mesa grande, en el comedor, donde pasábamos la mayor parte del tiempo. Las figuritas me parecían únicas, el castillo de Herodes con los soldados romanos, los puentes sobre el río de papel de aluminio y las lavanderas y, por supuesto, el centro de atención: el portal de Belén con sus protagonistas. Mi hermano, mucho más habilidoso, era el encargado de las luces. Mejoraba su técnica cada año y, en mi asombrada opinión, el resultado era mágico. La tradición del Belén, según los historiadores, data del siglo XIII y se asocia a San Francisco de Asís. A España llega con el rey Carlos III, cuya esposa trae de su Italia natal, las figuras del Belén napolitano. En Nápoles hay una calle en la que las tiendas de figuritas belenísticas son un auténtico recreo para la vista. Son tantas y tan preciosas que constituyen un magnífico espectáculo artístico. Y es que los Belenes forman parte del patrimonio artístico religioso que se exhiben en estas fechas para deleite de los espectadores que los visitan. Los más famosos artistas han contribuido, en todas las épocas, a enriquecer nuestro patrimonio artístico, como Salzillo, con maravillosos belenes que se  visitan ahora. En Palencia tenemos una excelente ruta de Belenes existente desde hace ya varios años. En la provincia son numerosos los pueblos que atraen a los visitantes en estos días, para contemplar preciosas escenas navideñas. En la capital también los hay magníficos. En el Centro Cultural Provincial hay un Belén que no nos debemos perder.