El sentimiento es un estado del ánimo como una parte esencial de nuestra experiencia que necesitamos para comprender nuestra forma de pensar y de obrar en momentos determinados de nuestra vida. Sin llegar a ser dominante el sentir, ya sea positivo o negativo, tiene una afección congénita. Pero la realidad es que en nuestra vida, ambas formas de sentir crean parte del repertorio de nuestro paso por este mundo. Es una característica esencial de ser humano poder sentir lo que nos acontece, aun sin tener conciencia de ello. Ahora bien, ¿qué es exactamente el sentimiento? 
En muchos casos, el sentimiento, está relacionado con una idea, con la capacidad de ser conscientes de lo que nos pasa en el cuerpo. Ayer, el sentimiento familiar fue de una enorme satisfacción, un sobrino presentó con éxito, en el Casino de Palencia, un libro que recoge destacadas historias y vivencias provinciales olvidadas. En pasados días recibí la noticia de la muerte de un familiar a la edad de cien años. Consciente de un sentimiento triste, la noticia me produce un mayor nivel de protección, al considerar que ha desaparecido una generación y yo encabezo la siguiente. Sí, siento la desaparición con un sentimiento de pena, pero me invade una modesta alegría impuesta por ser representante de un enlace con los noveles que se incorporan al clan, con la primicia de nuevas ideas.
Dicen que el miedo es un sentimiento de desconfianza. Sin embargo, en este caso no he percibido nunca miedo y sí una responsabilidad fraternal envuelta en bienestar y gozo. Hay un proverbio celta que asegura que el recuerdo nunca envejece. Si carecemos de la capacidad de recordar, la vida no tiene sentido y ese sentimiento debe de ser positivo, porque continuará otra generación, que no será ni mejor ni peor, es distinta. La importancia del recuerdo, libre de toda obsesión, se demuestra con la historia que es la memoria de la humanidad, en ese ciclo de vida y muerte. En la vida rural de nuestros pueblos, se percibe de forma espontánea los sentimientos emotivos que afloran de manera comunitaria, son sentimientos de apoyo tanto en los momentos de necesidad como en las alegrías.