Los manuales de Literatura Española del siglo XX suelen seguir el criterio historicista para clasificar las obras. En general, hay acuerdo en la consideración de las diferentes etapas de la historia de nuestra novela. Hubo cierta discrepancia al establecer un límite temporal en la duración de la llamada novela de posguerra. Hay quien la sitúa concluida en 1965, mientras que otros estudiosos prolongan su existencia hasta 1970. El criterio seguido es la fecha de publicación de algún relato cuya ambientación sea la España de la posguerra. Pero en la España del siglo XXI no solo se revive la posguerra, sino la misma guerra de 1936. Porque ¿qué sentido tiene ese afán por sacar a los muertos que participaron en aquella guerra de sus tumbas y pasearlos por todas las televisiones y medios de comunicación? Sabemos que las guerras civiles son las más crueles porque en ellas salen a la luz los peores instintos del ser humano: odios, venganzas, envidias, etc. Las familias quedan divididas y, con ello, la sociedad que lo padece resulta ferozmente desunida por el odio y el deseo de venganza. Esta perversa tensión social se convirtió en ley-la Ley de Memoria Histórica-y los dos últimos gobiernos socialistas (Zapatero y Sánchez) se han esforzado en mantenerla y reforzarla a pesar de espolear el odio y el resentimiento. Se trata de revivir las dolorosas tensiones que enfrentaron a nuestros antepasados en aquel terrible 1936, desenterrando a los que la protagonizaron. Triste y mezquina victoria sobre los muertos. Las más importantes doctrinas políticas siempre han mantenido la idea base de que las sociedades prosperan en la unidad; nunca en la desunión, pero parece que a algunos les resulta rentable la radicalización social, a pesar de que esa triste venganza sea negativa para la sociedad. En nada ayuda a resolver los problemas de la mayoría social que padecemos. Fuentes gubernamentales ya han anunciado que se seguirán desenterrando ataúdes durante los meses que aún quedan antes de las elecciones generales. Seguiremos con los macabros espectáculos. Por eso, yo me pregunto ¿cuándo terminará la guerra del 36?