Toyi Marcos Sosa

Desde mi ventana

Toyi Marcos Sosa


Solas

08/05/2022

Cuántas mujeres al llegar a mayores, por la razón que sea, sus vidas se tuercen y han de afrontar una tremenda soledad. No voy a hablar en nombre de ellas, sino en el mío propio. Pues sucedió que cuando llegó un tiempo que determinaba el estado de salud de mi marido recurrí a los servicios de Ayuda a Domicilio para poder desafiar a cuanto no podía hacer frente sola en mí día a día. Y en nuestro apoyo, un día, llegó Tere, una auxiliar que fue nuestro ángel para tratar de satisfacer las necesidades propias acompañándonos  en todo cuanto precisamos. Sola no hubiera podido; este servicio fue lo mejor que nos pudo pasar. Los males de mi marido fueron en aumento hasta el extremo de que debido a una intervención de 'poca monta' la cosa cambia. Temporalmente fue a una residencia de Venta de Baños, pero los pésimos medios de transporte, debiendo molestar a amigos para un ritmo de visita diaria, no eran soportables así que decidí buscar en Palencia. Instalado en la residencia Amón ya es más fácil. El día 29 fuimos a revisión y sin la compañía de un amigo que le llevó en silla de ruedas por las dependencias hospitalarias  hubiera sido imposible. Por la tarde, al  ir a verle, un tropezón hizo que diera con mis huesos en el suelo cayendo sobre mi hombro y codo derecho: el golpetazo fue enorme. Al momento, no sé de dónde aparecía gente que me levantó. Entre ellas, Nazaret, una amable enfermera que me acompañó hasta  el final de  mi trayecto aconsejándome que fuera a Urgencias si me dolía. Acudí, no había rotura alguna. En Amón, tienen personal ejemplar y atento. Sonia, limpió mi impresionante herida del codo. Mi marido me recibió con un ansioso «Te estaba esperando». Llevamos 48 años juntos sin que en nuestras vidas haya habido una palabra más alta que otra y ahora siento momentos de soledad. Pero como tantas otras mujeres, sé que cuando las fuerzas flaquean debo organizarme y no verlo todo negro. La sonrisa brotó cuando me mostraron un precioso ramo de flores que nuestros amigos Marcelino y Carmen le habían enviado. En él vi a todos los demás amigos. Vaya desde aquí mi agradecimiento a cuantos me ayudaron el pasado día 29.