Dionisio Lamas Muñoz

Tribunal Libre

Dionisio Lamas Muñoz


Democracias medievalistas

07/12/2020

Llámase medievalistas a unas sociedades en las cuales la ausencia de entendimiento entre sus gentes origina diversas facciones ideológicas, cuyo único lenguaje crítico es el de la espada, o el insulto, la agresión verbal y psicológica, o los males dantescos que por infortunio aparecen como respuesta a la razón, y cuando esta no alcanza, ni la memoria llega por ser tan menguada, que la realidad aborda al gobernante y desborda al pueblo, sumidos ambos en simpar vorágine de degradación cultural y depravación histórica y en su negación fragmentada, falseada, y mancillada que hacerse pueda.
En tales democracias la cordura no existe y sí el disparate, y la insensatez permanentes, que se manifiestan en la sumisión a las tinieblas, cuando la libertad es usada para emprender villanías y tropelías; cuando el miedo invade al pueblo sencillo, o cuando la miseria cual plaga incontenida asola pueblos y ciudades.
En esas democracias, se menosprecia a la Justicia y se la convierte en lacaya de los gobiernos de turno, para que resuelva según el placer de quienes ostentan alguna autoridad, ninguna moral y yerma integridad personal e intelectual, sujeta a la vileza de la impiedad de sus acciones. Y dan solución a los conflictos nacionales e internacionales, a la antigua usanza, a través de las batallas; el contento de los bufones y la sinrazón a las gentes.
Las democracias medievalistas destacan por sus cualidades especiales para el filibusterismo, ante la estrechez de su perenne ansia de intransigencia y de represalia, ambas desde el narcisismo pertinaz de gentes sin recelos hacia la maldad, para increpar, para encender enconos y desfigurar cualquier vestigio de la verdad y de la historia.
En las democracias medievalistas destacan y prevalecen las más ruines y sombrías ideas, por encima de la luz de la inteligencia humana. Por ello mismo las sociedades así conformadas desprenden una estela envuelta en la cultura de la venganza, concitando al pueblo mediante la confusión y el engaño a la rebelión hacia los antepasados y su honrosa historia, buscando el anacronismo de pretensiones simplemente medievales en un contexto minimalista, alejado del consenso universal del orden internacional.