Jesús Mateo Pinilla

Para bien y para mal

Jesús Mateo Pinilla


La verdadera ruina de España

20/04/2021

Se escucha en varios colectivos: «Estamos entrando en la fase de ruina, el país estará arruinado dentro de poco». Yo no lo creo. El dinero es como la energía: ni se crea, ni se destruye. Y en todo caso se crea a medida, en proporción y como contrapeso al que se destruye; es la teoría de acción y reacción en busca del equilibrio cero, de lo contrario se crearía la inflación que ningún gobierno desea, la de la época de Pancho Villa en que como el dinero no valía, no representaba nada, se acudía a comprar un pan con una carretilla de billetes. Decía Sartre buscando la armonía social que «cuando los ricos hacen la guerra, son los pobres los que mueren», aunque moralmente sea inaceptable.
Hay una anécdota interesante en teoría económica. Se trata de la historia de un hombre emprendedor que sin un duro acudía cada mañana a poner en la playa las pocas hamacas de que disponía para alquilar. Matándose a trabajar el primer año paga nuevas tumbonas, repone y pretende montar un chiringuito playero. El puesto funciona y con lo ahorrado de la producción de los catres playeros y la producción de la pequeña tasca se dispone a construir un pequeño hotelito, el inmueble se queda pequeño y comienza su ampliación, un complejo hotelero.  El hijo mayor por entonces termina su instrucción en la carrera de económicas y desanima al padre emprendedor sin estudios: «Va a ser mal año, las encuestas lo vaticinan» y repitiendo  su desastre con la tozudez de un mantra, al padre comienza a irle cada vez peor su empeño empresarial y acaba sin un duro comido por la competencia.
¿Quién causa la quiebra? Indudablemente, el desánimo del padre influenciado por el hijo. Esa es la verdadera ruina, la pérdida de autoestima, el pánico. Si Europa da los fondos previstos en la promesa nos animará y relanzará la economía. Si además se emplean bien, sería perfecto. Aunque la Agencia Moody’s opine que los peculios apenas se notarán en el 2021. Recordemos que el Plan Marshall nunca vino y solo contamos con el humor de una España ilusionada para llegar a hoy. 
Con un buen líder, ánimo y sin engañar al pueblo, se han ganado muchas batallas.