A las fechas que corren, mediados de mayo y con San Isidro –el Santo patrono de los trabajadores del campo- recién pasado en olor de multitudes en nuestro agro palentino, están nuestros campos revestidos de un verdor que es una gozada observarlos en estos días.
Y así, sin ir más lejos, los habrán contemplado tanto los habitantes de nuestros pueblos que los tienen en todo momento a mano, como los naturales del lugar, pero ausentes, que han regresado a ellos en estos días justamente para estar presentes en esta celebración tan entrañable en el medio rural de nuestra provincia.  
Porque hasta estos campos aledaños al pueblo les habrá llevado la procesión con el Santo con la pretensión de bendecirlos y que estos lleguen a buen término en el momento final de la recogida de los productos llegado el verano.
Y es que estaríamos ahora a menos de dos meses vista de iniciarse los trabajos de recolección de la cosecha de cereal.  Tiempo propicio para poder observar cada día cómo prosperan los sembrados, impetrando incluso la correspondiente lluvia por estas fechas; y luego la oportuna cuota de calor junto a las precisas y necesarias sesiones de suaves vientos que aireen y oreen los sembrados       -cual si fueran las olas del mar en plena Castilla- en tardes de agradables paseos por entre estos campos que, según el poeta, son «tierras de pan llevar».
Unas tierras que, si bien antaño fueran sabiamente bautizadas con el calificativo de «granero de España», el tiempo y las circunstancias de la producción que fueron llegando, hicieron que se desprendieran poco a poco del apelativo en cuestión para quedar convertidas sólo en productoras para un régimen mucho más local o a la sumo nacional y escasa repercusión en el panorama internacional; pues otros países, incluso, le fueron quitando el puesto; como ha sido Ucrania, país que tristemente ha saltado al panorama mundial por la contienda bélica que contra él ha emprendido Rusia.
Por lo que, a buen seguro, será preciso emprender algún tipo de acción en este sentido que nivele las circunstancias de la producción de esta clase de cereales, para que el mercado no se encuentre desabastecido.