Hablar de la portavoz de VOX hoy sería rizar el rizo sin aportar nada nuevo, a fin de cuentas solo pone voz a la ultraderecha radical, reaccionaria y neofascista. Pero sí prendo una vela que arroje luz sobre la oscuridad en la que parece hemos enterrado la historia de los sangrientos totalitarismos no tan lejanos en el tiempo. La llamada a las balas para «aniquilar» a 26 millones de españoles y las que han recibido Iglesias y Marlasca con el mensaje «Tu tiempo se agota» tienen muchas similitudes, sirven para matar y pretenden el mismo objetivo, meter miedo para restar energía a la democracia. Quien no tiene argumentos convincentes utiliza el insulto y la violencia, atributos de identidad propiamente ultra. Y por más que se esfuercen mostrando un adoquín en la tribuna de oradores (no sé cómo dejan entrar con esos elementos en la cámara de la representación popular), no es lo mismo que un espontáneo enfadado lance una piedra en un acto político que, premeditadamente, buscar balas de quien las tenga (?), vestirse un equipo de protección para evitar huellas y rastros, escribir un mensaje amenazante con una regla de letras de las que teníamos de pequeños, colocarlo con sumo cuidado en un sobre y enviarlo sin  referencia del remitente. La diferencia es clara, la pretensión es distinta. Arrojar un adoquín a unos mitineros podría ser un delito de desórdenes públicos. Enviar balas a personas determinadas, además del delito de amenazas graves extensivas a las familias de representantes elegidos en las urnas, lo que busca es desestabilizar el sistema democrático. Vieja treta del fascismo de todos los tiempos. VOX no lo ha condenado, no digo más. Ah, y no olvidemos que Hitler también ganó unas elecciones que le acomodaron en el poder; de lo que pregonaba en sus multitudinarios mítines a lo que hizo después...                                                       www.elisadocio.com.