Víctor Corcoba

Algo más que palabras

Víctor Corcoba


Pasiones y prisiones

20/04/2021

No es fácil sentirse libre dentro de este mundo de prisiones, donde uno a veces se denigra por sí mismo, no respetándose, y poniendo más pasión en las dominaciones económicas, que en los valores de la conciencia y en el esfuerzo mancomunado para erradicar la esclavitud de nuestro planeta. Echar por tierra nuestra propia autonomía nos deja sin esencia. Cada cual tiene que trabajarse su existencia, sabiendo que la emancipación sin observancia es desconcierto, y la observancia sin emancipación es vasallaje. Desde luego, un ser humano que tiene control sobre su cuerpo tiene más probabilidades de ser dueño de sí. Precisamente, un reciente informe sobre el estado de la ciudadanía en el astro (año 2021), del Fondo de Población de las Naciones Unidas, viene a indicar la falta de esa formación mental para el discernimiento, que ha de ser siempre abierta y dispuesta a caminar hacia adelante, cuando menos para tener más poder de decisión y poder romper cadenas que nos tiranizan.
Para empezar, hemos de reconocer que el nefasto mundo de la pasión, por el enriquecimiento a cualquier precio, nos resta ese mundo armónico, que es el que verdaderamente nos imprime tranquilidad. El caudal monetario nos vuelve egoístas en todo período. Uno, realmente, renace con otro andar. La falta de generosidad nos mutila interiormente. Necesitamos entregarnos totalmente. Al ser humano sólo lo reanima otro ser humano, puesto que todos necesitamos sentirnos amparados por alguien. Pienso, además, en esa multitud de víctimas de la esclavitud infantil en el mundo. O en esa cantidad de gentes que se encuentran en la pobreza, sin futuro, o que son víctimas del trabajo en servidumbre, lo que nos exige un compromiso real por parte de todos los moradores. 
No hay otra visión más liberadora  que unirnos para defender los derechos humanos. Por eso, es fundamental concienciar a la gente de que hoy en día todavía existe dominación usurera, riadas de injusticias y abusos de todo tipo; lo que nos demanda la implicación activa y la responsabilidad colectiva, para combatir esta tremenda penuria, que nos impide hermanarnos de corazón.