Julio César Izquierdo

Campos de Tierra

Julio César Izquierdo


Ya se verá

15/05/2021

Dice Tiburcio que en lo rural hay que preocuparse de todo y ocuparse de casi nada. Preocuparse por los que se ocupan y tender puentes entre contenido y continente. Yo le digo que no ando para muchas filosofías, que prefiero vaciar la cabeza y pensar en las musarañas. Y me replica que, precisamente, es lo que quieren algunos: minarte la moral para que bajes la guardia, te desanimes y puedan meter baza. Lo daré una vuelta. Fíjate, apunta: es muy fácil criticar al que hace algo, sacar pegas, dimes y diretes. Tocar las pelotas hasta dejarlas ralas. O dar caña para que cedas los trastos. Son estrategias más viejas que el diablo. Lo que pasa es, que ahora, siendo tan pocos, se ven antes los plumeros y las intenciones. Que sí, zagal. Mira a ver en qué asuntos se pone el acento y si hace falta me pongo a reguñir otro rato. No termino de entender, le digo. Es muy sencillo: repasa qué cuestiones les sube la tensión a algunos. Pues las del postureo, las del escaparate, las molonas, las prédicas de lo bueno y malo. Los que dan lecciones de historia, de moral, de tradición, de lo que se hizo y lo que no se hizo. Hombre, señalo, no se puede meter todo en el mismo saco. Silencio y sorbo de café. Los que restan y no suman. Y si son tan espabilados no sé qué hacen que no saltan al ruedo a lidiar los morlacos. Estimado señor, también se puede ser crítico taurino sin ser torero. O llamarte Manolete, me espeta. En fin. El caso es que hoy no pillo el trasfondo. ¿Pero habla de alguien o algo en concreto? Que ya sabe que luego sus lectores hacen muchas interpretaciones. Serán los tuyos. Entonces diré lo que yo entiendo, que seguro es políticamente incorrecto y a ver cómo sopla el viento. No tengas miedo, deja que hablen, que farfullen. Teme más a los silenciosos, a los musgos, a los enrevesados, a los torticeros, a los veletas, a los de la palmada en el hombro y la cuchillada trapera. A los que sientan cátedra de taburete, a los que reparten carnés de ruralidad, a los que vienen a supervisar lo fino después de tejer lo grueso y dar forma al invento. Sube la temperatura. No hijo no, es que hoy me canta la ciática y mezclo un poco la velocidad con el tocino. Vaya, déjese de historias y vamos al asperje que es San Isidro. Sea.