Carmen Quintanilla Buey

Otra mirada

Carmen Quintanilla Buey


Normas desacertadas

07/01/2023

Hay algunas cosas que me resultan inexplicables. Pero, claro, yo no soy nadie a la hora de ir enmendando planas a personas consideradas muy preparadas para el tema de planificar, organizar, decretar...pero a veces, y con mucho orgullo, pienso que benditos sean mis desaciertos por no haberse convertido en aciertos desacertados. Una norma, para mí, muy poco  convincente, es que en el transporte urbano por carretera, de Valladolid-Palencia, y de Palencia-Valladolid, nadie haya incluído en su trayectoria, y en alguno de sus viajes, efectuar ciertas paradas en Venta de Baños. Cada hora, circulan de una ciudad a otra, pasando por la carretera de La Trapa. Pero en ninguno de sus trasiegos incluye el interior del pueblo. Sí, que al parecer, hay uno para estudiantes, pero sin admitir a más pasajeros. Por lo tanto,  los vecinos de Venta de Baños que quieran -¡o necesiten !- desplazarse a Valladolid, no tienen más opción que la estación ferroviaria con el consabido inconveniente de subterráneos, pasarelas, andenes, taquillas cerradas, salas de espera  deplorables... o llamar a taxistas... o pedir favores a gente que tiene coche...¡o nada!, suspender el viaje, lo cual  anula planes y proyectos. A ver, si  dentro del gremio decretante, hay algún bienpensante, y si es así...  ¡tranquilos!, que no hurgaríamos más, en las anteriores normas si nos sorprende con que, al menos en tres de sus viajes de ida y vuelta, incluye Venta de Baños. Y, ahora, otro inconveniente por negligencia. Y sigo ccn Venta de Baños: Los pasos subterráneos, en determinada zona, siempre que llueve se convierten en auténticas lagunas. Hay que pisar sobre agua, sí o sí. Y, a veces, esquivando a ciclistas o patinetistas a toda velocidad, y que ni siquiera pitan. Y como desde la parte llana no se ven las bajadas laterales muy pendientes, allí se está expuesto... ¡a todo!.. Pero, bueno, está comprobado que hay que esperar a que ocurran cosas, para solucionar casos.. Y hay más  cosas, y más casos: La acera de la calle Espronceda está fatal. Y otras  determinadas deficiencias, a pesar de quejas, diálogos y promesas ahí siguen y pueden llegar a repercutir en la salud  de forma muy, ¡pero que muy seria! En fin... que ya está visto que cada cual hace de su capa un sayo. Y mientras haya capas, sayos, y sus portadores,...¡a callar los descamisados, porque ya se pasó la etapa de Horca y Cuchillo!