Dionisio Lamas Muñoz

Tribunal Libre

Dionisio Lamas Muñoz


Democracia endémica

25/01/2021

Permanecer indiferente ante los actos misántropos y bárbaros en el transcurso de la vida supone aprobarlos, siendo signo de mala educación y carencia de los rasgos más primarios de sociabilidad en el contexto de la convivencia humana, en resumen, una neurosis perturbadora en el discurrir de los siglos, por ello mismo, endémica de todos los pueblos de la Tierra.
La insensatez humana, hace que los comportamientos personales incívicos, produzcan el rechazo de la sociedad en la que se habita. La práctica incivilizada procede de la percepción inmoral de los actos humanos, los cuales, conducen a la agresividad como respuesta inconformista de las normas, vulnerando su contenido a través de conductas repudiadas por la cordura de la inmensa mayoría de los humanos.
La salud del hombre y de la mujer se quiebra, cuando la (suciedad), se extiende en todos los ámbitos y ambientes sociales, por lo cual, la eliminación de las enfermedades de cualquier patología, y en especial de las víricas, presupone adquirir conciencia de limpieza individual en los espacios públicos para que sean limpios y sanos.
El progreso y la prosperidad de las sociedades humanas, está vinculada a la conservación y aseo de cada uno de los lugares sociales y públicos: calles, plazas, parques y jardines, señal clara de una alta educación en la persona y en las democracias.
El respeto a la sociedad de la que se forma parte, implica una ética de prevención e higiene en toda su extensión, por ello, quienes disponen de animales de compañía, tienen el deber y la responsabilidad de cuidarlos y limpiar los entornos públicos donde hacen sus necesidades, no hacerlo, indica desprecio y trato degradante a sus mascotas, y a las normas de convivencia con el resto de las  personas. 
El incumplimiento de los deberes cívicos es indicio de privación de entendimiento, falta de vínculos sociales o insuficiencia en la sociabilización. Los virus, creadores de diversas patologías a través de los tiempos, nacen y se reproducen en medio de la (suciedad) personal y ambiental, en la dejadez del hombre y de la mujer, en el descuido de los menesteres de sanidad extra hogar, y se expanden por el mundo, provocando daños irreparables en formas pandémicas.