José María Ruiz Ortega

Estampas rurales

José María Ruiz Ortega


Ola de calor

16/07/2022

Estamos en verano y normalmente hace calor, porque lo de las olas de calor o de frío no deja de ser un invento de los meteorólogos para explicarnos el por qué y cómo ocurren las anomalías en las distintas estaciones del año. Ocurre en cualquier período, bien sean los solsticios de invierno o verano y lo mismo sucede en equinoccios de otoño o primavera. Es bueno que los encargados de redactar las variaciones atmosféricas nos ilustren, con antelación suficiente, sobre las amenazas de extremosidades; es una forma de prevenir catástrofes y disponer de medios para hacer frente a la irregularidad que debemos afrontar. No hay duda de que, desde que apareció Mariano Medina en la tele, se han convertido en los gurús del tiempo.
Antes de la difusión de pronósticos por todas las redes sociales, también soportábamos días de calor intenso y noches de viento norte del popularmente llamado amargacenas. Este suele aparecer a la caída del sol, tras un día con viento suroeste que de pronto vira al noreste, un aire constante ideal para beldar a golpe de bieldo; por tanto, en la era había que dejar la cena y ponerse a aventar la parva mientras quedaba una mínima luz del ocaso para separar el grano de la paja. Entonces no eran 'olas', simplemente hacía mucho calor o mucho frío, eran veranos de agosteros, de recolección manual. Nuestro clima continental de la Meseta siempre ha oscilado en los extremos, de viento del este o del oeste y los campesinos de esta tierra han estado agazapados en el filo extremo, al igual que los pastores pronosticando el tiempo en cabañuelas.
No olvidemos que estamos en el espacio de tiempo habitualmente más cálido, conocido como canícula y puede definirse estadísticamente como el período en que el calor aprieta más fuerte. Como norma general, va desde la segunda quincena de julio hasta la primera de agosto, se dice que de Virgen a Virgen. De modo que no busquemos excusas para tener cuidado y protegernos de los golpes de calor, sobre todo en las horas centrales del día. Antes fueron días de trilla en la era, momentos de botijo, sombrero de paja y veladas para tomar el fresco con la brisa nocturna.