Julio César Izquierdo

Campos de Tierra

Julio César Izquierdo


Dime Santiago

25/07/2020

Dice Tiburcio que Santiago y cierra España. Pero yo lo único que veo es que está abierta por todas las partes menos por una. Tal vez, al ser una península, tenga algo que ver. Bueno, la verdad es que tiene mucho que disfrutar, sobre todo este verano. Que ya se está evidenciando que lo del turismo de interior tiene encanto y a lo mejor mucho de necesidad. Será porque al final se está imponiendo el desarrollo sostenible y sostenido, principalmente por los que se dejan las ganas a diario en la pelea de frenar la cosa rara ésa de la despoblación. Aunque este año parece que se lleva mucho lo estar por los pueblos, aunque sea en la soledad personal de la segunda vivienda. En fin. Todo es bueno para el convento. Hombre, claro. Pero habrá excepciones, que en muchos lugares han decidido dar un alivio cultural a sus moradores con ciertas actividades adaptadas para pisar la calle. Porque programar hay que programar, que lo único que nos faltaba era convertir en un erial lo rural desde el epígrafe del entretenimiento también en los meses de estío. Con cuidado y moderación, pero algo hay que hacer. Cosa diferente son las patronales, ferias y mercados, que se antojan difíciles sus puestas en escena y a ver quién es el listo que lo controla. Para todo lo demás, seamos peregrinos a pie quieto, como Don Tiburcio, afincado en el brocal del pozo, cascando almendrucos como si no hubiere un mañana. Ya ven. Todo es nuevo, diferente, y la cosa va «repuntando», aunque se desconoce si en buena dirección o enfilados al botellón de me paso por el forro todas las normativas y consejos. Bueno, pues nada. 
Agosto asoma el morro y en breve caerá la hoja, que este año los meses y las estaciones van tan deprisa que parece que tenemos comunicaciones de alta velocidad, aunque la parsimonia para velar por lo rural sigue siendo un espejismo. Y menos mal que ya andan algunos programando un plan para apostar por la mal llamada España Vaciada. Mejor, pocos, pero con ganas. Y si no es así, hágase natural  y sin remilgos lo de «cierre al salir». Veremos, quien da el primer portazo. Vale. Ya voy a la tienda, como siempre. ¿Qué traigo? ¿Congrillos me dijo, no? Contesta que de lo que come el grillo, poquillo. Mejor unos  mejillones. ¡Escocesa!