Editorial

Piden accesibilidad e inclusión plenas

Diario Palentino
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Exigen respuestas a unas aspiraciones y demandas tan legítimas como las de cualquier otro ciudadano

Lo hacen porque tienen derecho a ello y porque conforman un amplísimo colectivo, con necesidades específicas en función del tipo de discapacidad de cada cual, que en caso de no verse cumplidas impiden su normal desarrollo y merman su calidad de vida. Reclaman que una ciudad como Palencia sea plenamente accesible y que lo sea tanto en el ámbito sensorial como en el físico, es decir sin barreras arquitectónicas, con señales acústicas y sonoras, sin trabas materiales y administrativas a la hora de afrontar las obligaciones del día a día y de manera muy especial de cara al disfrute de servicios básicos como la educación o la sanidad, pero también el ocio, el deporte y la cultura, y por supuesto en el uso de las nuevas tecnologías, imprescindibles hoy en día para el desenvolvimiento personal, laboral y social. Quieren, insistimos en que porque tienen derecho a ello, una accesibilidad y una inclusión sociolaboral plenas. Ni son ciudadanos de segunda ni su dependencia, si la tienen, puede ser excusa para apartarlos, sobreprotegerlos o discriminarlos. 

 Son demandas justas y lógicas, que van más allá de las rampas de acceso a las sedes de las administraciones, las entidades financieras, los establecimientos comerciales o los inmuebles residenciales, y más allá también de los centros especiales de empleo y de los porcentajes mínimos de plazas públicas. Su aspiración es la de cualquier otro ciudadano: formarse, trabajar, independizarse y tener una familia, vivir dignamente, viajar, disfrutar del tiempo libre, acceder a las actividades culturales y participar de la vida de la ciudad que habitan. Y hacerlo con las trabas justas, las que pueden encontrarse y tener que salvar sus vecinos, pero no más o más duras por el hecho de su diversidad o su discapacidad.

Fedispa reunió ayer a dos centenares de palentinos en una marcha reivindicativa que, además de visibilizar a los afectados, sirvió para pedir que no se les etiquete, que desde el Gobierno se apoye la investigación de las enfermedades que generan discapacidad y se facilite el acceso al tratamiento rehabilitador y farmacológico que cada afectado precise, con carácter gratuito y sin diferencias entre comunidades autónomas. Una red amplia, variada y suficiente de servicios, recursos y centros educativos, el decidido apoyo al empleo adaptado a las posibilidades de las personas con discapacidad, más dinero público para la atención a la salud mental y el respeto a la diversidad fueron otras peticiones. La Fundación San Cebrián, por su parte, lleva a cabo estos días una campaña en la que muestra a la sociedad palentina que lo importante es la persona, no la discapacidad que tenga, porque tiene experiencias, sueños, deseos y aspiraciones tan legítimos como los del resto.

Se puede decir más alto, pero desde luego no más claro.