Editorial

Inauguración real de Las Edades del Hombre en Burgos, Carrión y Sahagún

Rubén Abad
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'Lux' tendrá su espacio, su público y su éxito, pero no le viene mal tener también su rey

Exposiciones del calado y trascendencia de las que conforman la ya veterana iniciativa de Las Edades del Hombre, que este año llega a su vigésimo quinta edición, cifran su interés y su capacidad de convocatoria en tres pilares, que pueden variar en importancia en cada ocasión: el lugar de celebración, el tema escogido y el valor de las obras presentes. 


Con carácter general, se puede afirmar que el rico patrimonio de las once diócesis de Castilla y León, tanto inmueble como mueble, garantiza el atractivo de los tres pilares, ya que en las nueve provincias hay templos a la altura de las circunstancias y es francamente difícil que el catálogo de pintura, escultura, tapices, códices y objetos ornamentales defrauden al visitante. Podría ser más discutible el acierto en la elección del tema, aunque no se debe olvidar que obedece a un planteamiento de la Iglesia que tiene mucho que ver con la divulgación del mensaje evangelizador y con el trasfondo catequético de buena parte del arte religioso. Todo ello, unido a la experiencia acumulada en este cuarto de siglo, elimina en buena medida cualquier tipo de incertidumbre y favorece la generación de un público fiel. 


Pero, no cabe duda, de que aunque las exposiciones de Las Edades del Hombre tienen garantizados, a priori, espectadores, admiradores, estudiosos, curiosos y vecinos del lugar donde se celebrnn, ganan enteros si la Casa Real cobra protagonismo durante su celebración y más aún si está presente en su apertura. Resulta gratificante para los organizadores, para la/s diócesis afectadas y de forma muy especial para los vecinos del lugar en cuestión. En el caso de Lux, que es la edición de este 2021 y que al parecer abrirá sus puertas a mediados de junio en su triple sede de Burgos, Carrión de los Condes y Sahagún, la Fundación Las Edades del Hombre y la Casa Real trabajan para cuadrar agendas y que sea el Rey Felipe VI quien la inaugure. La presencia del jefe del Estado, de confirmarse, tendría tantas paradas como sedes, empezando en la catedral de Burgos, que cumple ochocientos años, para seguir por los templos de Santa María del Camino y Santiago de la localidad palentina y acabar en Sahagún.


No vivimos tiempos de eventos multitudinarios ni de baños de masas, pero con las debidas medidas de seguridad y el cumplimiento estricto de los protocolos, una inauguración presidida por el Rey sería, sin ninguna duda, un espaldarazo para el propio ciclo expositivo en esta complicada situación de pandemia y, desde luego, para Burgos, Carrión y Sahagún. Además el periplo real subrayaría la coincidencia de la triple sede con las tres provincias de Castilla y León por las que discurre el Camino Francés a Santiago, en un Año Santo. Lux tendrá su espacio, su público y su éxito, pero no le viene mal tener también su rey.