Carmen Quintanilla Buey

Otra mirada

Carmen Quintanilla Buey


Agravios comparativos

12/12/2022

Es curioso comprobar cómo, en situaciones parecidas, hay reacciones diversas cuando se trata de barrer para dentro. Por ejemplo:  Si una pareja -matrimonio, novios- hace aguas, si comienzan las discrepancias, los desacuerdos, las disputas, y los « si tú te tienes, yo no me caigo ni me callo», la mayoría de las veces la situación se soluciona con el mutuo acuerdo al hablar del caso: Hijos repartidos por etapas...tratos financieros...y sí, con más o menos tirantez,el asunto queda resuelto, y ambos, y por separado, hacen o rehacen su nueva etapa en sus vidas. Pero, continuamente, estamos viendo que en algo tan importante y tan transcendental como es el Gobierno que nos gobierna a todos, en todos sus desacuerdos y regañinas, y a veces tan rellenitos de insultos y vejaciones, que hay momentos en que nos cuesta presenciarlos, los diálogos, terminan, aguantando los expectantes el chaparrón, y viendo cómo de forma tranquila y sosegada, regresa cada oponente a su casa pululando por aquellos pasillos  tan relajados como si hubieran tomado un litro de tila. Descansan muy bien en comodísimos casoplones, y así bien parapetados regresan de nuevo a los estrados a lo que ellos llaman «debatir sobre el Estado de la Nación», pero no quedando nada claro para los que desde nuestro cuartito de estar estamos esperando ver la luz al final del túnel.. A mí me importa muy poquito que matrimonios  que no son  de mi gente, ni míos, porque no influye su asunto en mi vida personal, ni familiar ni afectiva, no logren comprenderse, pero en lo referente a economía, sanidad, cultura, justicia, trabajo y vida social sin embrollos, sin listas de espera... sí que me encantaría que alcanzaran la meta, mediante una burocracia entendible justa, leal y sencilla... Y que lleguen los promotores a las reuniones lo más sosegados posible, ajenos a las peleas, y centrados en unos proyectos importantes para todos en general.  Y teniendo en cuenta que si  muchos pensionistas cobran al mes, lo que ellos cobran en una hora por  debatir sobre el tema de los pensionistas...¡pues dirán, que vengan disputas, y bienvenidas sean! Me  encantaría que organizasen una reunión de personas, con pensión mínima, en las gradas del Congreso, que se les escuche atentamente,  pero con derecho a debatir con los gobernantes..Seguro que estos, saldrían  muy cabizbajos...